𝒱𝑒𝒾𝓃𝓉𝒾𝑜𝒸𝒽𝑜 (𝒻𝒾𝓃𝒶𝓁)

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-Papi, papi, ayuda, Mina me quiere atrapar- dijo la pequeña Lia corriendo hacía Jisung

Los años habían pasado y ahora tenían una gran familia.

Minho y Jisung del pasado jamás hubieran imaginado que ahora su hogar pareciera jardín de niños; pensaban que el menor no se podía embarazar, pero al poco tiempo nació Jihyo, años después Sana, después Mina, Lia y por último el pequeño Niki.

-Papi, Jihyo no me quiere prestar su corona- habló ahora Sana muy indignada, señalando a su hermana que tocaba el piano sin prestarle atención.

Al poco tiempo de que Jihyo naciera se dieron cuenta que su crecimiento era muy lento, tan lento que después de 50 años de su nacimiento, tenía aspecto de una niña de 15 años, prácticamente crecía, pero al mismo tiempo no.

Lo que él hechicero les explicó fue qué, las niñas habían nacido con el virus del vampirismo en la sangre, por lo que llegaría una edad en la que dejarían de crecer.

-Niñas dejen un rato a su papi, vamos a salir todos a casar y así lo dejamos en paz por un ratito- todas las niñas fueron corriendo hacía su papá, entusiasmadas por la salida.

 Solo en casa se quedó Jihyo, Jisung y Niki.

-Nena, ¿por qué no has ido?- preguntó Jisung preocupado

-Papá, me siento mal, estoy harta de vivir tanto, es cansado, quiero ser una humana-

-Lo sé nena, a veces me abruma demasiado todavía vivir, acostumbrarse a nuevas etapas, fingir ser otros ante la sociedad, es pesado; pero cuando conozcas a tu persona indicada, sabrás que querrás estar con esa persona hasta la eternidad, en el caso de tu padre y mío, no tuvimos otra elección que aceptar esta realidad.

Pero hija, no te adelantes, todo a su tiempo sí?- abrazó el pequeño cuerpo de su hija y beso toda su cara

-Ya papá, me haces cosquillas- Jisung ahora empezó a hacerle cosquillas, pero paró al ver a su hija llorar

-¿Qué pasó mi nena?- cargó a su hija como si fuera un bebé

-Conocí a alguien, cuando pasé cerca de la escuela, una maestra me vio; le traté de explicar que yo tomaba clase en casa, pero igual me obligó a entrar al colegio. Tomé una clase y hay fue donde la vi-

-Sigue, te escucho-

-Se llama Tzuyu, es muy linda, parece un sol-

Jisung y Jihyo siguieron hablando de los nuevos sentimientos y de la nueva niña linda.

Minho hacía lo posible para no asustar al ciervo que estaba cerca del pueblo, para así poder beber un poco de su sangre. Pero el sonido de las hojas lo ahuyentó. Al voltear para ver si sus hijas estaban bien, casi muere, al darse cuenta que su pequeña Mina no estaba.

Supuso que los pasos en las hojas eran de ella, por lo que fue a donde sonó, visualizando a su pequeña, parada afuera de una tienda de zapatillas de ballet, sus ojos brillaban como nunca.

Sin que se diera cuenta se paró atrás de ella.

-Son lindas, ¿las quieres?- preguntó hacía su hija

-¿De verdad?- sus ojitos brillaron más que antes.

Minho no había regresado con la cena, pero sí con su adorada hija, feliz y eso estaba mejor.

Cuando era humano y un ilegítimo, tomó muchas clases de baile, los bailes reales del castillo, era muy complejos, por lo que debía saber varios tipos de estilo de baile.

El lago y un pasado borrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora