Capítulo 33

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-¿Entonces ya no estás disponible?- me preguntó Mikey de modo que mi novio lo escuchara -podrías darte un festín.

-Se lo dará cuando la lleve a comer- gruñó mi chico. Por detrás vi llegar a los gemelos y fui hasta ellos para abrazar a Angry delante de su hermano.

-Hola algodoncito- el peliazul ya me abrazaba con menos vergüenza que antes, pero seguía sonrojándose.

-Hola Umiko- creo que era la primera vez que me nombraba, y empezamos a caminar.

-Oye ¿y yo qué?- reclamó Nahoya.

-¿Te puedo llamar melocotoncito?

-No.

-Pues como te decía...- me agarré del brazo de Souya y seguimos alejándonos.

-Te pasas- bufó.

-Era bromita- volví y lo abracé, y cuando me abrazó de vuelta lo dije -melocotoncito.

Se apartó y se fue de mala gana.

NARRACION NORMAL

Había pasado un rato desde que algunos habían quedado, y estaban alegremente charlando en grupitos cuando Hakkai se dio cuenta de que Sanzu no había vuelto después de ir a comprar a la tienda.

-¿Y las tres maripilis?- le preguntaron a la chica.

-Con la policía en el café de gatos.

Muto tampoco había aparecido esa tarde a pesar de ser quien propuso quedar en el templo Musashi.

-Voy a buscarlos- suspiró Draken levantándose de las escaleras, aprovechando el alejamiento para llamar a Mitsuya.

-¿Sí?

-¿Puedes hablar?

-¿Qué pasa?

-¿Te sabes las medidas de Umiko?- llevó la mano a la nuca avergonzado.

-Las tengo anotadas- el tono de burla se hacía notar -¿por qué el interés?

-Había pensado que podías acompañarme a por una falda para ella... tiene muchas pero no se las pone y creo que una vez le di a entender que le quedan mal. Me gustaría arreglarlo.

-¿No le ha gustado el peluche?

-Sí, pero esto es para las fiestas de Shibuya, quisiera invitarla a ver los fuegos.

-Cuando tenga un hueco te llamo y vamos.

-Muchas gracias- colgaron.

-¡ESPERA!- la Matsuno corría hacia el alto -¿no te despides?

-Pero si vuelvo ahora.

Puso morritos y Draken le dio un beso en la frente, ignorando su súplica.

-Vas a ver- dijo malignamente haciendo reír a su novio.

-No me digas eso que me entra miedo- se burló recibiendo un azote en el trasero de parte de su novia, la miró serio por haberlo humillado así en público, y la chica regresó alegre a donde los gemelos y el mudo.

-Vámonos Kenchin, yo también quiero un gato- Mikey se lo llevó de ahí.

-¿De qué hablabais?- preguntó la chica al regresar.

-Estaban hablando de las quedadas que hacen a veces en casa de Hakkai- Smiley se cruzó de brazos -yo nunca puedo ir.

-¿Por qué?

AROMA DE COLOR CIAN - DRAKENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora