XXIII

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LaLisa Manoban.

La comisaría era un lugar horrible para aquellos prisioneros que se encontraban dentro de ella, era algo bastante aburrido, no había una televisión, la comida la servían cruda, no había peleas con la policía, y simplemente no se mantenían al tanto de afuera.

Otra cosa que me olvidé de aclarar, eran los gritos y los insultos hacia la policía, naturalmente estos solían castigarlos dejándolos sin comer o sin hacer sus actividades en el campo, a los que se comportaban de manera agresiva, era llevado a un lugar muy bastante cerrado y pequeño, así se mantenían hasta la siguiente semana, o si veían cambios en sus actitudes estos los soltaban.

Los policías se negaban a dejar pasar a las oficiales, debido a que muchas se han topado con gente morbosa, el lugar era grande, tenían para pasar por el medio sin que tocarán las rejas de los prisioneros, pero pegarles la boca con adhesivos no impedía que estos soltasen sus asquerosos comentarios hacia las oficiales, incomodandolas obviamente.

No digamos nada de los gritos, pues la mayor parte del tiempo los prisioneros gritaban insultos y amenazas, algo muy desagradable la verdad, no les importaba si estuviera el mismo rey de Roma, ellos gritaban a mares sus palabrotas.

Lisa se encontraba fuera del lugar, pensó por unos momentos lo que estaba haciendo y las consecuencias que está recibirá al momento de hablar, tendría que traer pruebas, por lo que lo único que trajo consigo era una grabadora de voz y dos fotos, que le servirían de algo.

Ingresó al lugar, los oficiales tanto como las personas en el lugar, la miraron incrédulos, la misma esposa de la gran empresa de toda la ciudad a llegado por sorpresa. Y su esposo, donde está?

-Señorita Manoban, es un gusto tenerla aquí con nosotros, cuenteme, cual es su problema.

Un oficial se acercó, hizo una pequeña reverencia, recibiendo el mismo gesto por parte de Lisa. El mayor la guió en dirección a su oficina, donde estaba alejado de los prisioneros y todo lo anterior dicho, le dio la indicación para que se siente, y esta obedeció.

-Cuénteme, porqué ah venido aquí, cual es su problema, y en que somos buenos.

Lisa se quedó pensando por momento, si llegaba hablar y mencionar a Jungkook y como sucedió todo eso, se darían cuenta de todo, no quería que estuvieran nuevamente en un problema, quería hablar con la verdad, pero su nerviosismo no la ayudaba del todo.

-Robaron mis joyas.

Miro al oficial, este la miro extrañado, asintio levemente y apunto en su libreta.

-Cuando sucedió?

-Ayer por la tarde, al rededor de las 6pm.

-No tiene sospechosos?

-Si, mi suegro.

-Su suegro robó sus joyas?

El oficial miro a la menor, recibiendo una "Tal vez" por parte de Lisa.

-Bien.. en donde sucedió?

-En la casa de mi ex esposo.

-Usted estaba allí?

-Si, pero estaba arriba en el cuarto, las joyas estaban abajo.

-Tiene la dirección?

-No..

-Tiene sus joyas perdidas, piensa que su suegro se las robo estando en la casa de su hijo, no es así? Y porqué razón no sabe la dirección?

-No recuerdo.

-Sabe la ubicación de la casa de su suegro?

-Si, es *******.

-Bien, por ahora tenemos esa información, le avisaremos si logramos encontrar algo.

𝗦𝘂𝗯𝗮𝘀𝘁𝗮 [Kookv - Kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora