10

6 1 0
                                    

Perdí el control sobre mí misma de un momento a otro.

Mis capacidades para disimular lo que sentí por Ellis se convirtieron en un desastre. Incluso más cuando intenté erradicar dicho sentimiento.

No soy persona de dar afecto, pero con él me pasé. La gente a nuestro alrededor lo notó. Además, tuve la fuerte impresión de que alguien regó la noticia de lo que sentía por él.

Un día de curso, una chica se me acercó.

—Blair, la última clase se te notó muchísimo.

Decir que quise mudarme a otra ciudad era quedarse corto.

¿Qué me pasó? Me acostumbré a pensar en él las veinticuatro horas del día. Por si fuera poco, tenía la maldición de encontrármelo en todos lados, cada vez que salía. Joder, ¡hasta mis padres se cansaban de verlo!

A esas alturas, Ellis ya debía saber lo que sentía por él.

Llegué a la conclusión de que mi gusto hacia él no parecía ser solo un gusto.

Para esforzarme tanto en superarlo y no lograrlo, no me pareció sólo un gusto.

Para pasar tanto tiempo pensando en él, no me pareció sólo un gusto.

Para conocer a fondo cada uno de sus problemas, de sus traumas familiares, de su tendencia a errar, y a pesar de todo eso, querer pasar sobre todo aquello y más... no me pareció un gusto.

Alcancé un punto de no retorno. Sentí justo lo que temí... Y eso sí que se escapó de mi control.

Lo que nunca he dicho | BLAIR [Atwood 0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora