Capítulo 25~ Mentes distantes

362 94 33
                                    

—OLLIE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

OLLIE... Ollie... ¡por favor, reacciona!

Podía escuchar a alguien decir mi nombre una y otra vez entre súplicas impregnadas de angustia, pero mis oídos recrear su voz muy lejos de mí. Llamados ahogados y silenciados casi en su totalidad e interrumpidos por un continúo pitido dentro de mis oídos.

Mi cabeza estaba tensa como roca y una punzada horrible palpitaba en el lado izquierdo de esta, y mi capacidad de escuchá siendo poco perceptible al igual que mis otros sentidos. Solo podía ser consiente de ese horrible dolor presionarme la cabeza y como si mi cuerpo estuviera flotando bajo aguas turbadas y cálidas.

—Oh-oh, dios... ¡Finalmente estás despertando!

Lentamente empecé abrir mis párpados, siendo encandilada por la luz artificial del yate y borrosa de mi visión. Una persona estaba frente a mí, luciendo muy agitada mientras sostenía de mi rostro y repetía de mi nombre entre súplicas que se distinguen cada vez más.

—Ollie... ¿Cómo te encuentras? —No tarde en reconocer su voz y sentir alegría al oírla.

—Se... ¿Selene?

Con el pasar de los segundos poco a poco mis sentidos se volvía más nítidos y aquel pitido insoportable se marchaba por completo siendo reemplazado por las palpitaciones desenfrenadas dentro de mi pecho, producto de la misma angustia y miedo que ahora sentía.

—¿Qu-qué ocurrió? —abrí los ojos en par con terror al verla llena de sangre—. ¿Por qué estás...? ¡Ah! —me quejo cerrándolos con fuerza.

Un intento curioso de tomar la mano de Selene que presionaba algo contra mi cabeza y alejarla, desaparece de lo doloroso que era siquiera pensar en moverme.

Shh, despacio. Has estado sangrando mucho y fue lo primero que se me ocurrió.

Miré cómo pude su mano con lágrimas entre los ojos para un instante después comprenderlo todo.

Selene estaba sujetando una toalla pequeña y de un color azul claro a la vez que hacia presión contra la herida en mi cabeza. Jadeé horrorizada al ser consciente de un líquido frio recorrerme el cuello lentamente, pasando entre mi escote y escuchar chapoteos suaves de gotas contra el agua debajo de mí. Mi impresión fue enorme al estar viendo mi propia sangre mezclándose con el agua del jacuzzi. Dando la apariencia de que nuestro alrededor solo luzca como tinta roja disuelta en agua.

Un escalofrío recorre toda mi espalda y los recuerdos empiezan a llegar rápidamente a mi cabeza, pero era tan doloso siquiera pensar en eso que desistí enseguida.

—Estoy... Sangrando... —me las apaño para formular las palabras entre labios que por alguna razón no paran de temblar, frío no era, pues el agua del jacuzzi seguía haciendo su función, por lo que supuse que era producto de mi propio nerviosismo o preocupación.

—Si-si —Selene deja ir una risita nerviosa mientras me miraba con ojos expectantes y rostro pálido como hoja—. y no paras de hacerlo. Aquí —toma mi mano y la lleva al paño sobre mi cabeza, invitándome a sujetarlo por ella—. Mantén presión. Voy a llamar una ambulancia.

Te amaré hasta mi último alientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora