El cielo parecía desaparecer aún más entre la niebla que nos rodea y de no ser por las luces fluorescentes de los faroles en extremo brillantes de la avenido todo lo que podrías visualizar sería nieve. Hacía frío y el aire era cada vez más denso de respirar.
Cerre los ojos y los volví abrir un segundo después. Temiendo a la realidad.
Sentí náuseas y di boqueadas cuando vislumbré que Eli aún seguía inconsciente dentro del auto.
¿Acaso no había sido todo producto de un sueño?
La bocina del auto seguía sin cesar y luchaba con las alarmas de los autos cercanos cuando todavía seguíamos sin poder salir de nuestra impresión.
—¡¿ELI?! —el grito de terror de Selene me estremece de pies a cabeza mientras mi corazón se convierte en un puño doloroso al ver sus ojos llenarse de lágrimas cuando ni eso la hace reaccionar.
—Dios santo...
Tanto Selene como Gigi son las primeras en salir del shock y correr hacia el auto a toda prisa. Volví a traer aire a mis pulmones y parpadeé varías veces antes de apresurarme al accidente también. El resto de los chicos me siguieron detrás.
El corazón se me atenaza al ver que la frente de Eli seguía contra el volante del auto sin señal alguna de estar consciente. Su cabello corto castaño cubría gran parte de su rostro, y fue un gran alivio ver que traía consigo del cinturón de seguridad abrochado, pero a pesar de eso, no fue mucho más fácil asimilar los acontecimientos cuando Selene empujando de sus hombros con extremo cuidado la recuesta de vuelta al asiento, cesando el ruido del claxon, apartarle el cabello y descubrir parte de su rostro ensangrentado.
—¡Ah, carajo! —maldice Luke llevándose las manos a la cabeza con angustia.
—Eli... —la voz de Selene sale tirando de un hilo mientras sacudía ligeramente de sus hombros, intentando hacerla reaccionar y haciendo de sus movimientos más bruscos al no ver que funcionara—. Eli, Eli... Por favor... Reacciona.
—¡Elizabeth! —grita Gigi al borde de las lágrimas y dando un golpe en seco sobre el capo del auto. Mirando al resto de nosotros deja ir un jadeo sin aire en el—. Maldita sea, ¿qué hacen ahí parados sin hacer nada?... ¡Llamen a una ambulancia!
Rápidamente es como si todos hubiéramos caído en el hecho de que necesitamos pedir ayuda externa al sacar de nuestros celulares. Con manos temblorosas y dedos entumecidos empecé a marcar números en la pantalla, llevando mi celular al oído, respiro aire para controlarme y dirigir mi atención en dirección a la camioneta que causo el accidente.
—Por favor... quiero reportar un accidente de auto —digo y de seguido la dirección dónde nos encontrábamos cuando el operador estaba preguntado en busca de más información. Sin aparta la atención de la camioneta negra, que, debido al impacto, había retrocedido unos metros del auto de Selene, fruncí el ceño intentando distinguir algo más allá del parabrisas y la persona detrás del volante, pero era imposible al estar por completo laminados—. Manden una ambulancia, y por favor dense prisa.
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Te amaré hasta mi último aliento
RomanceOllie es una chica que creció en el campo, pero que gracias a una beca tiene la oportunidad de estudiar la carrera que ha querido desde pequeña en una de las mejores universidades del país, pero más allá de cumplir su propósito, tendrá que verse env...