Capítulo 39~ Felíz de verte otra vez, parte 1

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—Escuché rumores de que están planeando hacer una fiesta sin mí —murmuré, quitándome los lentes de sol con aire de tragedia y esbozando una sonrisa burlona ante una Eli perpleja— Por favor, dime que no es verdad

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—Escuché rumores de que están planeando hacer una fiesta sin mí —murmuré, quitándome los lentes de sol con aire de tragedia y esbozando una sonrisa burlona ante una Eli perpleja— Por favor, dime que no es verdad.

—¡Selene! —exclamó, corriendo hacia mí con los brazos abiertos y provocando que mi oxigeno huya despavoridamente. No pude evitar reír, devolviendo su abrazo mientras sentía como me asfixiaba lentamente—. ¿Cómo se te ocurre? No lo haríamos sin la mejor anfitriona de todas.

Recuperé el aliento una vez que me soltó, y su risa dulce y feliz al verme me hizo sonreír en respuesta.

—Te hemos echado tanto de menos.

—Y yo a ustedes, dulzura —respondí, echando un vistazo al interior de la casa por encima de su hombro—. ¿Y las chicas? ¿Están dentro?

—Bueno, no exactamente... Pía está fuera de casa, y como de costumbre, sin darnos la menor idea del dónde o del que estará haciendo, y Gigi... Sí, Gigi seguramente estará haciendo cosas de Gigi, y ya sabes que la más común es holgazanear —Nos reímos juntas y Eli me toma de la mano con entusiasmo, sus ojos brillando de emoción—. ¡Por favor, dime que has regresado para quedarte!

—Es justo lo que planeo hacer, sí —respondo con una sonrisa, sintiendo la calidez de su mano en la mía—. No hay lugar en el mundo donde prefiera estar más que aquí, con mis amigas.

—¡Genial! Porque no tienes idea de lo difícil que fue no tenerte aquí.

—Créeme, tengo una ligera idea —comento entre risas.

—Vaya, vaya, ¿qué es esa voz la que escuchan mis oídos? —murmura Gigi asomándose por la puerta, cruzando los brazos y esbozando una sonrisita para mí—. Parece que alguien finalmente recordó que existimos.

—A diferencia de otra persona que se perdió mi llegada —replico, elevando una ceja con complicidad—. Pero como sé que me extrañabas, aquí me tienes para iluminar tu vida una vez más.

—Oh, dios. No puedo soportar tanta emoción, la alegría es simplemente... abrumadora —responde con un sarcasmo comedido y sin mover ni un solo músculo de su cuerpo, para luego dejar escapar un suspiro que pretende ser dramático—. No puedo resistirlo, estoy a punto de morir de tanta felicidad.

—¿En serio? ¿Dos meses sin vernos y esto es todo lo que tienes para mí? ¿Ni siquiera un abrazo o un simple 'hola, Selene, tanto tiempo sin vernos'? Vaya bienvenida más "calurosa", Gigi.

Gigi soltó una risita y luego se llevó una mano al pecho en señal de disculpa, realizando una leve reverencia para mí.

—Te daría uno, pero, ya sabes, mi ego no me lo permitiría. Así que dejaré que Eli se encargue por mí —dice, dirigiéndose a ella con un guiño de ojo—. Dale otro de mi parte, ¿sí, nena?

Eli, siempre radiante y lista para abrazar, se lanzó hacia mí sin dudarlo, envolviéndome en un cálido abrazo una vez más. Luego, con una mirada traviesa, tomó la mano de Gigi, quien sonreía hasta que se vio sorprendida al ser arrastrada junto a nosotras, formando así un abrazo grupal.

Te amaré hasta mi último alientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora