Capítulo 27~ Todos tenemos una historia que contar, parte 1

318 77 42
                                    

—Entonces

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Entonces... ¿nadie?, ¿en serio? —Gigi deja caer de sus brazos con decepción—. Pero que aburridas.

—Yo lo haré.

Todas volteamos a mirar a Ollie con sorpresa, excepto Gigi cuando esboza una gran sonrisa de satisfacción.

—Vaya, vaya. Al parecer la sureña no resulto tan mojigata como pensé.

Me pongo de pie rápidamente con manos apoyadas contra el mesón.

—Ollie, eso podría no ser una buena idea... —opino, dándole una mirada de súplica desde la cocina para que no lo hiciera. Por experiencia sabía que con Gigi al mando de algo, no podía ser una buena idea y menos con alcohol de por medio.

Ollie me mira de reojo dibujando una tranquila e imperceptible sonrísa antes de regresar su atención a Gigi.

—Está bien. No sería la primera vez que tomo. —ladea la cabeza sin apartarle la mirada de encima—. Y estoy segura de poder seguirle el ritmo.

—Si, lo dudo mucho —Gigi sonríe aún más y sin apartar sus ojos brillantes de Ollie sacudir su dedo en mi dirección con botella en mano—, pero deja que la chica tomé sus propias decisiones, Selene. Si dice que puede, es porque puede.

—En ese caso, no les importará que me una también —manifiesta Pía levantándose del sillón y acercándose a ambas, de pie al costado de Ollie le lanza una mirada fría a Gigi y que responde con una sonrísa burlona.

—Mientras más, mejor —observa en dirección a Eli provocando que se contraiga un poco en el sofá—. ¿Osita?

—Yo creo que paso...

Gigi se encoge de hombros y mira a las chicas con la emoción brillándole en las pupilas.

—Al parecer seremos solo nosotras, entonces.

—Yo también me uniré —declaro, acercándome y sin ocultarle mi desconfianza.

—Estupendo. Veamos quien resiste de pie hasta el final.

Sentadas en el suelo de la sala y sobre una alfombra de felpa gris y rodeadas de cojines para mayor comodidad Gigi empezó a servir los shots de tequila, Eli se encargó de picar algunas rodajas de limón y traer el salero sobre una tabla de madera antes de ir a tomar asiento en el sofá con piernas entrelazas y mirarnos atenta jugar.

—Bien... ¿Qué te gustaría jugar, Ollie? —Gigi le da la opción a elegir, mirándola sentada frente a nosotras y con Pía a su lado.

—¿Qué tal verdad o bebida? —responde casi de inmediato.

—¿Lo has jugado antes? —pregunté con curiosidad.

—Si. Con Audrey y Kiki.

—Eso podría ser interesante, ¿pero qué tal algo más salvaje y entretenido? Cómo agregar retos junto a la opción de beber, por ejemplo —propone Gigi más a gusto con su idea.

Te amaré hasta mi último alientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora