Sádico.Matteo.
—¿Cuál es tu maldita necesidad de no seguir las putas reglas? —Me reprocha como siempre lo ha hecho.
—No voy a dejar que muera gente que no ha hecho nada malo. Esas mujeres no hicieron nada.
—¿No eres un sádico? —Dice. La burla es clara en su voz—. Lo que eres es un marica. Daenna ya me contó la maldita razón de tu decisión, esa zorra británica tiene que ver, ¿no? Es que tú eres muy imbécil, solo tienen que abrirte las piernas y ya te tienen como un perro.
—Cuida tus palabras, Domenico.
—¡Y una mierda! ¡A mí nadie me dice que hacer maldito adicto! —Debo alejar el celular por su maldito tono—. Evita que te quite todo el poder con el que hoy ostentas y te deje en la puta calle.
—Hazlo.
—No me tientes.
—A los rusos le encantará saber todo lo que yo sé. —Dejo mis palabras en el aire cortando la llamada.
Sé que esto fue cavar mi tumba, fue condenarme a muerte porque ahora me tendrá entre ceja y ceja, pero todos tenemos un límite y el mío está por rebozarse. Desde los malditos cinco años llevo el peso de soportarlo, de aguantarme sus malditos insultos, maltratos, manipulación y sobre todo el hecho de que me haya metido al mundo de la adicción.
—Padre, ¿qué es lo que se sabe de ese tipo? —Indago apenas paso la puerta al despacho de la casa de los Maxwell.
Llegamos hace unas horas y mientras Madison le explica todo a sus hijos, nosotros debemos darle fin a Ethan Fernsby. No entiendo por qué no lo mataron en su momento, ahora estuvieran en paz.
—Él no ha dado señales, solo sabemos que salió de la cárcel hace aproximadamente dos meses, aunque apenas ahora se hizo pública su libertad —me informa Theo—. Tuvo que haber pagado un pastal de libras para ocultar eso hasta este momento, es difícil, casi imposible comprar a la justicia de Londres.
—Ellos lo hicieron hace años porque no les tocaban condenas tan bajas —agrega padre—. A Michael le tocaba cadena perpetua y a Ethan al menos cuarenta años. Es obvio que usaron sus influencias para reducir la condena.
—¿Por qué no los mataron en su momento? —Paseo la mirada en ambos.
—Madison no lo quiso así, era su decisión, no nuestra. —Finaliza Theo.
Esa escoria dejo una nota en el auto de Madison donde dejaba en claro algo sobre unas palabras que le dijo hace veinte años, lo único que recuerdo es que dejó sentenciado que Aitara y Zaid pagarían porque ellos lo encarcelaron y que empezaría por Aitara.
Siento un cosquilleo en la punta de mis dedos de tan solo imaginar como lo torturaré lenta y dolorosamente hasta que muera de tanto dolor. Tal vez Theo y Madison no estén de acuerdo, pero ellos no tienen por qué saber que fui yo.
—Él no es invisible, solo debemos esperar que salga a las calles e intente acercarse otra vez —padre marca en el iPad descartando lugares que ya están custodiados.
—Esto da vergüenza. Un idiota no pondrá a la mafia italiana de cabeza —bufo, hastiado—. No hay crimen perfecto ni asesino tan inteligente. Alguna pista debió dejar, si él sabía que los mellizos estaban en la hacienda es porque alguien le dijo.
Aclaro. Si Madison recibió otra carta donde incluso había imágenes de ellos en mi hacienda es porque alguien las tomó. Algún hijo de puta se vendió por dinero condenándose a la muerte.
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Mío.
Romance[LIBRO #2 DE LA SAGA SUEÑOS] [+18] ¿Hay fantasmas del pasado que nunca se van? Aquí entendemos que a veces los errores del pasado siempre nos persiguen hasta terminarnos por completo. En un mundo donde la línea entre el amor y la guerra es tan delga...