Carnada.Aitara.
Italia, La Fortaleza.
Al pasar la puerta rodeada de guardias y ver a toda mi familia reunida en la sala siento un alivio, pero entonces mi mente recuerda que no está toda. No esta Olive, no está Adam y no está mi abuela.
—Mami.
Musito, llamando la atención de todos los presentes. Todas sus miradas van a mi dirección, Zaid está sobre un mueble y mamá está en el reposabrazos acariciándole el cabello mientras que papá los observa sentado en el otro sofá.
Mi papá es el primero en correr a mi lado y envolverme en sus brazos, me estrecha como si fuese una niña otra vez, como si fuese su joya más preciada.
Besa mi coronilla y no sé cuántos besos esparce por mi rostro. Y cuando se aparta noto lo agotado que luce, todos lucimos así, pero a pesar de todo me da un sentimiento extraño el hecho de que Matteo no tenga en casa a alguien que también lo reciba con este amor.
Un quejido de dolor más fuerte de lo que quisiera es lo que aparta a papá de mí y lo hace verme de forma extraña.
—Quiero verlo. —Lo miro extrañada—. La herida que te causó ese idiota.
—No es nada, además él ya está muerto.
Matteo pasa por nuestro lado y va directo a la licorera abriendo una botella de vodka y bebiendo directo de esta. Mamá va junto a él y le aparta la botella bebiendo ella de esta. Luego de eso viene a mi lado.
—Aitara, ¿mataste a Michael?
Ay Dios.
Mi mente queda en blanco, paso saliva y me pellizco los dedos al no saber cómo contestar. Su mirada fuerte y altiva sigue sobre mí y respiro profundo tragándome todo el nerviosismo y no sintiendo más que orgullo por haber terminado con esa aberración de la humanidad.
—Sí, y solo me arrepiento de una cosa. De haberlo matado tan rápido, debí haberlo colgado como a una vaca y sacar cada órgano de su cuerpo hasta que se muera.
Ninguno parece sorprendido ante mis palabras por lo que deduzco que Matteo o Zaid ya se han encargado de ponerlos al tanto de todo lo que hice.
—¿Estas molesta conmigo?
—Solo me molesta una cosa, y es no haber tenido los mismos ovarios que tú para matarlo hace veinte años cuando pude hacerlo.
Veo cuanto le cuesta recordar esos momentos en su forma pausada de hablar y en su barbilla temblando, aunque no se permite derramar una sola lagrima.
—Era tu padre, yo no tena lazos con él. Yo jamás tendría los ovarios para matar a papá.
—Y tu papá jamás tendría el corazón para secuestrarte, golpearte y dejarte a merced de un psicópata que disfruta de tú dolor.
—Nena, no es... —papá intenta hablar, pero al notar la mirada fija de mamá sobre mi guarda silencio.
No me había visto jamás así, es una extraña mezcla de orgullo y tristeza.
—¿Es cierto que Eros era mi medio hermano?
—Lo era.
Sonríe con lágrimas en los ojos y bebe nuevamente de la botella.
—Bien, ya hubo mucho tiempo para lamentos. ¿Cuál es el plan? —Habla como si nada estuviese pasando y hablara de planear un día familiar en la playa.
—Tenemos la ubicación de todos ellos, solo debemos saber cómo entrar.
Avisa Matteo. Todos rodeamos la mesa y lo que en otro momento hubiese sido una reunión familiar, ahora es la forma en la que planeamos como matar a esos cerdos.
ESTÁS LEYENDO
Mío.
Romansa[LIBRO #2 DE LA SAGA SUEÑOS] [+18] ¿Hay fantasmas del pasado que nunca se van? Aquí entendemos que a veces los errores del pasado siempre nos persiguen hasta terminarnos por completo. En un mundo donde la línea entre el amor y la guerra es tan delga...