Scacchiera.Aitara.
—Déjenme pasar. —Pido al ver que todos salieron del despacho menos Matteo. Pero Biagio se opone y no me deja entrar.
El único en pasar la puerta es Fablio, la mano derecha de Domenico y a quien vi por primera vez en la mansión de Londres cuando fuimos por el coche.
El hombre pasa la puerta y máximo treinta segundos después escucho el primer disparo que nos pone a todos en atención. Sabina y Max bajan las escaleras en nanosegundos.
Los antonegras entran listos para disparar y sin dudar entro tras ellos encontrando a Fablio muerto a pocos centímetros de la puerta. Matteo agoniza en el piso mientras todo su traje está manchado de sangre proveniente de su abdomen.
Domenico está al otro lado sangrando por el costado derecho y el hombro. Todos corren con el Don mientras que Sabina y Maximilian corren junto a su hijo. Pero mi vista solo percibe una cosa y antes que pensar con el corazón lo hago con inteligencia.
Aquí es donde mi cuerpo se desconecta de la realidad y mi mente entra en un ciclo donde actúo por inercia.
La mano de Matteo que sostiene su arma apunta en dirección a Fablio, mientras que la de Domenico apunta a Matteo. Todos están sumidos en ellos y no me prestan atención, así que lo uso a mi favor.
Sé que de no hacerlo Matteo sufrirá consecuencias.
Me acerco a Domenico y noto que aun respira, malamente lo hace. Sabina hace presión sobre el abdomen de Matteo quien aún con la mirada perdida logra enfocarme y asentir al ver mis intenciones.
Me acerco a él y tomo su arma colocando el seguro y escondiéndola en mi sudadera. El cadáver de Fablio se mantiene solo y me acerco moviendo su mano en dirección a Domenico.
Todo pasa tan rápido y a la vez es como si estuviese en cámara lenta. Salgo del trance y el silencio que se mantenía en mis oídos se llena con los ruidos que siempre estuvieron, pero no escuchaba.
Reacciono viéndolo tendido en el piso y corro junto a él.
—¿Qué pasó? —Susurro solo para nosotros.
Con todas sus fuerzas acuna mi mejilla acercándome a él.
—Fui yo. —Confiesa en un susurro—. No dejes que me descubran, no dejes que él despierte antes que yo.
Se aparta y puedo ver sus ojos a punto de cerrase. De su boca sale sangre alterando mi respiración. Su padre lo toma en brazos como si fuese un pequeño y lo saca del despacho. A Domenico ya se lo llevaron y debemos correr al hospital. Para mi sorpresa hay uno dentro de La Fortaleza.
No me aparto un segundo de Matteo y sostengo su mano incluso cuando su padre corre con él y Sabina va delante dando órdenes a sus hombres porque los de su padre solo se enfocaron en él demostrando con quien está su lealtad.
Quisiera decir que estoy llorando, que siento un vacío en el pecho, pero no lo hago y podría tratarse del hecho de que mi mente aún no entiende lo que pasa.
O podría ser que mi instinto por protegerlo y hacer que se vea inocente es aún mayor. Sé que él lo hizo, pero Domenico se lo merecía y mi lealtad siempre es y será con Matteo.
Al entrar al hospital de La Fortaleza uno de los "doctores" recibe a Matteo que cae inconsciente sobre la camilla. Maximilian observa sus manos manchadas de la sangre de su hijo mientras que a Matteo lo arrastran al quirófano y Sabina se sienta en una esquina observando todo como si fuese ajeno a ella.
Su cuerpo está aquí. Su mente y alma no.
Mi mano suelta la suya y nos apartan llevándoselo. Veo la puerta de metal cerrarse y el olor a hospital me abunda. Max se pasea de aquí para allá y en un momento se deja caer en una silla.
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Mío.
Romance[LIBRO #2 DE LA SAGA SUEÑOS] [+18] ¿Hay fantasmas del pasado que nunca se van? Aquí entendemos que a veces los errores del pasado siempre nos persiguen hasta terminarnos por completo. En un mundo donde la línea entre el amor y la guerra es tan delga...