Mascota parte 2

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Ella le miro sin decir nada, se sentó en el piso a su lado, las demás chicas la veían en el suelo, se habían enterado de lo que le habían hecho y nadie decía nada, Mel se sentía completamente humillada, mantuvo la cabeza en el suelo apretándose ella misma, Akulaide le forecio un pedazo de comida pero ella no quiso comerlo, simplemente metió la cabeza entre sus piernas. Al otro lado ketaki miraba a Mel, si bien aun le tenia resentimiento, veía la desmejora de la hembra, si ella no comía pronto enfermaría y moriría, se puso de pie y camino hacia la mesa de akulaide.-

- Dale vitaminas a la omman o no durara mucho.

- Yo se lo que tengo que hacer con ella ketaki

- Si? La hembra esta débil, hazla que coma o no durara

Mel por un momento no quio escuchar a nadie, ketaki t akulaide discutían sobre ella, Zara se apreto el corazón se puso de pie sentándose a lado de Mel.

- Comamos juntas Mel

Mel alzo su cabeza y se veían las marcadas ojeras y la tristeza en sus ojos.

- Vamos Mel comamos un poco si?

Mel dejo caer lagrimas de sus ojos y tomo un pedazo de carne y se lo metió a la boca, las lagrima seguían cayendo en silencio, Zara le sonrió amargamente tratando de hacer el conversación, las demás chicas no decía, nada, Jane no le quitaba la vista de encima, . La comida paso en silencio para ella, Ketaki se puso de pie llevándola del collar, cuando entraron a la habitación, Mel estaba distante, Akulaide se acerco por su espalda y ella sentía su calor, el paso una pata suavemente por su espalda causándole escalofríos.-

- Otro deber que deberás cumplido será complacer a tu maestro cuando necesite tu calor.

- Que...quieres decir?

- Se que sabes a que me refiero omman, tu cuerpo me pertenece por completo, tu vida, tu libertad, yo decido lo que tienes y no que hacer.

- No tengo ni voz ni voto en nada he?

- Así es, y si quieres vivir te recomiendo que sigas las reglas mujer.

Akulaide estaba excitado con su aroma, paso delicadamente ahora sus dos manos por sus brazos con suavidad de arriba hacia abajo pegando más su pecho a la espalda, ella no se movió y solo cerro sus ojos con tristeza, así no era como quería las cosas, poco a poco akulaide paso las dos patas hacia enfrente subiendo por su estomago hasta sus pechos, los sostuvo entre sus garras y dejó salir un fuerte ronroneo, ella se estremeció, el abrió las mandíbulas mientras apretaba con suavidad y buscaba la forma de escabullir las manos entre su ropa.-

- P-....por favor

- Relájate mujer, seré paciente contigo

Mel no podía escapar de esto, no tenía opción así que simplemente se resignó, akulaide ente cerro los ojos y olio su rico aroma maduro, la temporada de celo estaba muy cerca, y el aroma de la hembra era demasiado delicioso para ignorar. Akulaide la empujo suavemente hacia la cama y comenzó a quitarle la ropa, Mel no decía nada así que Akulaide lo tomo como un permiso aún si ella no tocaba su pecho, Mel jadeo cuando Akulaide en su apasionada forma de ser se empezó a quitar la armadura y por ultimo la maya de omoestasis, ella estaba temblando, Akulaide la giro bruscamente mirándola a los ojos, tenía unos ojos profundos y penetrantes, a pesar de que la hembra estaba rota aún podía ver una chispa de ferocidad y eso lo encendió, Akulaide estaba acostumbrado a la ferocidad de las hembras y gustaba de cierto dolor en el apareamiento.-

- Escúchame bien lo que harás omman – akulaide ya estaba tan excitado que incluso estaba salivando lo cual Mel se quedo atónita jamás pensó ver al imperturbable yautja de esa manera con ella.-

Un amor inquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora