Maldito deseo

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Mel estaba perdida en sus pensamientos, miro a Kartok y sintió que su corazón latía demasiado rápido el aliento escapaba de su cuerpo, camino hacia el casi hipnotizada, Kartok ladeo la cabeza extrañao pues la pequeña hembra no le quitaba los ojos sobre el era como si una forma agena la hiciera actuar de esa manera. 

Mel se perdió en el, su enorme espalda musculosa, los abultados cuádriceps apretados de sus brazos, ella no pudo evitar jadear que se sentiría ser apretada por esos brazos, bajo lentamente su mirada hambrienta a sus pernas musculosas, sus largas rastas caían por sus anchos hombros, miro sus manos y eran enormes con garras afiladas, nun ca se dio cuenta que estaba parada exactamente enfrente de el, Kartok ronroneo pesadamente, sentía que el oxigeno se estaba transformando en una marea de deliciosa fragancia únicamente de ella, un aroma intoxicante y delicioso que ahogo todos sus sentidos y que nublaba sus sentido común, en ese momento solo podía pensar en ella y solo en ella. 

Mel coloco sus manitas suabes en su pecho estirando los brazos, bajando lentamente los dedos sintiendo sus abdominales, se relame los labios, Kartok quería detenerla no podía romper su autocontrol no podía caer en la tentación

- Mel...q...que estas haciendo?

Mel tenia las pupilas dilatadas, respiraba con dificultad, sabia a que se debía esto, su almiscle la había afectado poderosamente. Mel no estaba razonando lo que estaba pasando simplemente estaba guiándose por el crudo anhelo de su aroma

- Mel..de...debes detenerte

Kartok busco todo su autocontrol pero al momento que ella coloco sus manitas en su pecho, supo que había sido su perdición, ella le había dado su consentimiento, aún no sabía si realmente estaba consiente ella de este gesto o no, pero no podía pensar no podía respirar y todo aquello que entraba por sus sentidos era ella, su cuerpo le gritaba desesperado que la tomara, la embistiera hasta el fondo para demostrarle lo fuerte que era, lo capaz y poderoso que era, era un macho fuerte, capaz y sano. 

De un momento a otro se imagino su barriguita hinchada con su cachorro, con esa hermosa sonrisa que le había robado todo lo que el era. 

Estaba perdido en sus pensamientos hasta que sintió una suavidad húmeda pasando por sus abdominales, bajo su cabeza con los ojos muy abiertos, Mel estaba lamiendo sus abdominales, bajando lentamente a su objeto de deseo, coloco suavemente sus manos en su taparrabo buscando expertamente los botones para quitarlo, cuando este callo había una tienda de campaña entre sus piernas, Mel paso su nariz por su enorme polla tapada con el taparrabo de cuero negro, inhalo profundamente pegando la nariz desde la base del falo hasta la punta mojad ay húmeda de su polla, dejo escapar un delicioso gemido como si el solo hecho de olerlo fuera algo paradisiaco, este simple acto nublo la vista de Kartok, ya no había marcha atrás. 

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⏰ Última actualización: Sep 04 ⏰

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