PERSEA FORKS - Demuestra

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— de verdad, lo siento —

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— de verdad, lo siento —

— no tienes que disculparte —dije con una sonrisa incómoda— es solo que creí que podría visitarla —suspiré— casi se me olvida que nuestros mundos ahora son distintos y que ya no pasaremos la eternidad juntas, el mundo cambia, nosotros cambiamos y en algún momento irremediablemente moriremos, durante estos meses, se me ha escapado de la mano lo que es pelear por mi vida, no hemos tenido un desastre inminente, ni tampoco hemos tenido que correr por nuestras vidas —nos habíamos enfriado en el campamento, mis poderes se habían mantenido contenidos— es casi como una calma, pero no completa, porque aún existe una advertencia —

— hablas del futuro, nosotros nos preocupamos por el presente, deja de pensar como una mortal —alentó Jasper— además, estaré contigo si es posible hasta que el tiempo me lo permita —y nuevamente mantuvo esa mirada firme en mí, Jasper realmente me hacía sentir segura, casi tanto como Percy, era esa parte del campamento que siempre me gustaría recordar y tener cerca.

— ¿Lo prometes? —

Jasper rió— lo prometo —y aseguro su promesa— ahora, dime ¿Qué pasa contigo y las peleas? —había cambiado el tema, el sentimiento de empatía con Jasper de pronto desapareció y la incomodidad surgió, no me atreví a mirarle una vez más, me levante de las escaleras y negué con la cabeza mirando al suelo al abrazarme a mi misma.

— no pasa nada —masculle, pero sabía que para Jasper eso no era suficiente.

-— Lyra... —

— no quiero hablar de eso —espeté sin control, lo cuál dejó seca la conversación de inmediato, pero esa era yo, cuando intentaban entrar en una coraza que había creado a raíz de la muerte de mi madre inconscientemente, no me había dado cuenta de ello, hasta que mis palabras no pudiera articular el sentimiento de frustración o depresión que llegaba a presentarse en distintas facciones.

Pero sentía la mirada perturbante de Jasper y me hacía sentir culpable, pero había estado tanto tiempo metida en el frasco del campamento que temía que cuando realmente fuera a una batalla, terminará por exterminar a todos.

— no deberías sentirte mal por ello —se levantó de las escaleras y creí que se iría, pero a cambio de ello vi el filo de la espada frente a mí, levanté mi mirada y vi a Jasper ofreciéndome la espada— mejor enséñame ¿Qué es lo que sabes? —

Quería pelear conmigo, fruncí mi ceño— yo no creo... —

— tranquila, no pasará nada, no soy tan débil como crees —sonreía de lado inquietante por pelear, no tanto como Clarisse, pero sí como para entender algo, algo que hasta el momento yo no lograba descifrar.

Pero tomé la espada y acepté, porque era Jasper, era mi amigo, además aún estaba el residuo de la emoción con Clarisse.

Así que Jasper me guío por el bosque— ¿A dónde vamos? —la espada de sentía tibia, tal vez por sus manos, anteriormente la había empuñado él, Jasper me guiaba a lo lejos de las cabañas, entre los árboles cercanos, guiándome casi un poco más lejos de la cabaña de Poseidón, pero cuando se hubo detenido, la arena cubría mis pies y el lago se movía con tranquilidad, casi serían las doce del mediodía y pronto empezaría una nueva actividad.

Pero estar con Jasper apartada de todos, singularmente me hacía sentir los tiempos pasados, cuando cruzábamos el bosque para encontrar el campamento, así que lo saqué a flote como un cálido recuerdo.

— Entonces, ¿Sí era el campamento? —el viento soplaba y mi cabello irremediablemente empezaba a dispersarse en el aire, recogí el mechón que había salido de la coleta y lo puse tras mi oreja.

Jasper atendió a mi pregunta, pero no pareció entender— ¿De qué hablas? —

— del campamento —explique— cuando creí que nos habías perdido porque no sabías a dónde ir —

Y ahí entendió, soltó una risa y asintió mientras sacaba su espada envainada— sí, por supuesto, como olvidarlo, caíste frente al arco de la entrada, pero no contra un minotauro, nada más y nada menos que Persea Forks, señores —mis mejillas se encendieron, pero no pude evitar reír de pena.

Ciertamente fue un momento desconcertante, pero seamos sinceros, si te dicen que eres un semidiós como si nada, no esperarás que sea real.

— cállate, Grace —

— ¿estás lista, pescadito? —fruncí mi ceño frente a su término con el que se había referido a mí.

— ¿Cómo dices? —

— pensé en un apodo, pescadito va más contigo —expresó sin remordimiento, no me pareció un mal apodo, era gracioso— ¿no te gusta? —

— no es eso —contradije al instante— el solo que no esperaba tener un apodo así, bueno Clarisse tiene sus apodos, pero ¿pescadito? —

— original ¿no? —y apareció esa sonrisa de lado tan quisquillosa que siempre llegaba a tener.

— algo —empuñe el puño de la espada, aunque se sentía raro que no fuera un arco, aún así la espada era un arma útil, para un ataque frente a frente.

— no te contengas —dijo Jasper preparándose.

Era lo intrigante de Jasper, todo parecía ser algún tipo de juego para él, tomaba las cosas sin mucha importancia o tal vez sí le importaba, pero no lo mostraba en un grado de histeria alto.

Era lo intrigante de Jasper, todo parecía ser algún tipo de juego para él, tomaba las cosas sin mucha importancia o tal vez sí le importaba, pero no lo mostraba en un grado de histeria alto

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