PERSEA FORKS - El grupo de aundaces

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Cuando hubimos escapado de las locas taxistas de las hermanas grises, nos mantuvimos al borde de la carretera mientras los veíamos alejarse

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Cuando hubimos escapado de las locas taxistas de las hermanas grises, nos mantuvimos al borde de la carretera mientras los veíamos alejarse.

Nunca había viajado a California, realmente era nuevo para mí y era realmente caluroso, pero la visita lo valía, había una enorme cosecha de árboles en hileras plantados, un camino de tierra que nos guiaba entre ellos y nos hacía caminar hasta un extenso bosque en la cima de una colina.

— Amo California —y de pronto, mi burbuja de expectativa fue rota por Nerea cuando se dispuso a expresar su amor por el calor que había en California, pero para ella esto parecía unas vacaciones en playas soleadas con su cabello recogido y unas gafas oscuras que sacaba.

Rodee mis ojos claramente sin soportar la presencia remarcable de Nerea en mi círculo, pero me mantuve en silencio cuando decidió caminar sin mirar atrás.

— ¿A dónde va? —pregunté a Annabeth, era ella quién está a mi lado, pero seguramente no era capaz de descifrar lo que Nerea quería.

— será mejor que caminemos, las personas que van por la carretera no son muy amistosas cuando se tratan de jóvenes entre los arbustos —expresó Percy como si conociera el estar aquí, aunque bueno mencionó su estadía en el campamento de Júpiter, pero no en la casa del lobo.

Aún así, subimos el camino que daba al bosque, aunque con constancia me llamaba la atención la caseta casi destruida donde se encontraban cinco chicos fumando y riendo con una jeep a su lado, claramente rasguñada en unos lados posteriores. Pero, no solo por ser chicos me llamaba la atención, sino porque estos chicos tenían una mirada muy cizañosa, sabía que la niebla que impedía a los humanos ver lo que traíamos que no fuera normal, nos protegía, pero ellos callaban poco a poco y empezaron a mirarnos como si fuéramos alguna especie de atracción.

Así que uno de ellos, incitó a otro con su cabeza a que viniera hacia nosotros, estaba en la esquina, era la más próxima a ellos, pero Jasper de un momento a otro tomó mis hombros y puso su brazo sobre mí alejándome del chico que empezaba a acercarse de manera casual.

Pero el chico no parecía cualquier chico, era de un rubio teñido de verde y con ojeras en su rostro, estaba completamente flacucho y apenas su cuerpo sostenía la ropa, pero traía un bate con clavos en la parte más gruesa de este, se paró frente a nosotros y con el bate cayendo al suelo, impidió que siguiéramos nuestro camino.

— parecen campistas —mencionó insinuante y sin mucho palabrerío, sus camaradas pronto parecían acercarse por lo costados.

Y era extraño, porque estos chicos tenían un aura espeluznante, ni mucho menos superior a nosotros, podía sentirlos, eran humanos, normales y corrientes.

— είναι άνθρωποι; —pregunté a Jasper a mi lado, prácticamente en un susurro a mi pregunta de si: "eran humanos"

A lo que él respondió— Είναι ηλίθιοι —es decir: "son idiotas".

PERSEA FORKS © - El Campamento MestizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora