PERSEA FORKS - Fiestas y Aquelarres

17 2 0
                                    


— bueno, creo que no me queda nada mal —atribui desfilando la capa roja que nos habían dado, tanto a mí, como a Percy para esta noche— de hecho, creo que el rojo me sienta bien —y aunque nuestro color fueran el azul, todos los centuriones usaban el mismo color de capa, frente al espejo ancho me divisé, mientras Percy a mi lado también se miraba de arriba abajo.

Los mestizos romanos nos habían brindado su apoyo en darnos toda la comodidad. Aunque de cierta forma, algunos parecían querer matarnos, casi me recordaba a Clarisse.

Se supone que siendo un centurión debía velar por el bienestar de mi cohorte o al menos eso sentía, de alguna forma, la manera en la que Percy me explicaba de qué se trataba ser uno.

— Creo que venir al campamento de los romanos te hizo bien —expresó Percy tras de mí, a lo que me volví para verlo ajustarse los brazaletes en ambos brazos.

Alce una ceja— ¿De qué hablas? —

— te veo más animada —respondió acercándose con mis brazaletes— estira las manos —cerré mis puños y estire mis manos a Percy, no me había dado cuenta que había cambiado mi semblante, pero lo cierto era que me sentía mejor aquí— tal vez sea por Luke —el segundo brazalete estaba en su lugar mientras Percy sonreía triunfante.

Y sentía mis mejillas enardecer, no les había contado del todo sobre Luke a ellos, parte de mí, quería que el amor que sentía por Luke se mantuviera escondido, pero ¿A tal punto de también esconderselo a Percy?

— bueno, era mi amigo, de alguna forma, me hace sentir cómoda —expresó con certeza. Aunque el leve rubor de mis mejillas no podía ocultarlo— además, cuando estábamos en el instituto... —

— Lyra, apenas te conozco hace unos meses, pero conectamos casi enseguida —admitió Percy con una sonrisa— eres mi hermana y agradezco que estés conmigo, sé que cada aprendo algo nuevo de ti, pero el enamoramiento no se puede esconder —dulcemente Percy toco mi nariz haciéndome sentir mariposas una y mil veces en el estómago. Baje mi mirada apenada, pero no negué lo que tanto decía y sin permiso tomó mi mejilla y la estiró— adoro verte sonrojar, andando, nos esperan —salió de la sala común y se dirigió al lugar donde los campistas ya nos esperaban, le seguí el paso casi al instante, con tanto en la cabeza y tan poco en los labios, pero no podía evitarlo, ya Percy lo había descubierto, así que en parte me agrada tener a alguien a quién contarle lo que sentía y quién mejor que él.

— Estoy enamorada de él desde que lo conocí —admití a su lado— creí que lo había olvidado, pero verlo aquí —me hizo sonreír— siento que es una calma en medio de tanto desastre —

— o tal vez te trae paz del pasado, no fue algo traumático para ti —

— tal vez —masculle aunque el frío me consumía, en el campamento tenía la idea de que todos los campistas romanos debían vestir el suéter morado que representa con orgullo a Júpiter, sin embargo, para eventos como los de esta noche, los campistas eran libres de usar lo que quisieran y en mi caso, había cambiado mi guardarropa por orden de las hijas de Afrodita que amaban vestirme y había actualizado mi ropa solo para satisfacerse ellas. Cascaban mis dientes y era claro que Percy se había dado cuenta.

— deberías considerar usar algo encima de eso —comentó Percy sin mirarme.

Alce la toga enorme roja— ¿no te parece suficiente? —

Entonces me miró y soltó una risa seca— no entiendo la obsesión de las hijas de Afrodita a venir a nuestra casa a quemar tu ropa y cambiarla por unas nuevas, además que cada día pienso que solo te quieren vestir de manera provocativa —comentó Percy a lo que tampoco pude negar, porque era cierto, los escotes resaltantes y la figura marcada, además del cuero en el atuendo que realmente parecía bastante cómodo, dejaba mucho a la imaginación, en esta ocasión había tomar uno dorado, sabía que tenían la forma de un corset, pero su material era duro y para nada delgado, era capaz de resistir una embestida de espada, pero era lo suficientemente provocativo, con ese dorado que sobresalía de él.

PERSEA FORKS © - El Campamento MestizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora