Mc guardó su libro una vez que Richy había llegado, acomodó su mochila en el respaldo de la silla y después se sentó, siendo acompañada por el rubio.
—¿Qué sucedió con Amy?
—¿Cómo que qué? Es obvio, quiere hacerme creer que tiene poder sobre mí por lo que paso con Hannah.
—Solo espero y Jessy no la golpeé.
—¿Cómo, golpearla?
—Ayer que fuimos a casa de Cleo ahí estaba Hannah, no pude detener a tiempo a Jessy y se lanzó a soltarle un golpe, tanto que hasta terminó en el piso.
—¿Por qué hizo eso?
—Es muy obvio Mc, ella te quiere demasiado, le tiene un enorme coraje a Hannah por lo que te hizo.
Mc se quedo pensando al escuchar eso, no podía creer lo que Jessy había hecho aunque tenía que ser sincera, no era de extrañarse. Su mejor amiga siempre era tan expresiva con sus acciones.
—Hablaré con ella más tarde.
—Hoy no vendrá, tuvo que hacer algunas cosas en el Aurora.
—¿Otra vez?
—Ya sabes como es Phil.
El celular de la chica vibró, inmediatamente puso una cara de disgusto al ver de quien se trataba.
—¿Por qué esa cara?
—Phil —le dijo mostrándole su celular.
—Hablando del rey de Roma, ¿por qué no le respondes?
—Porque no me apetece Richy, detesto a Phil como no tienes idea, su actitud de mujeriego, como trata a Jessy, es el chico que me demostró que clase de hombre no quería en mi vida —le dijo apagando su celular.
—Al menos date la oportunidad de conocerse Mc.
—Ni lo sueñes, prefiero morir y salir con el diablo, antes de salir con él —furiosa se cruzó de brazos.
Richy solamente pudo reír al ver aquella actitud de su amiga, amaba el humor que tenía.
—Y por mera curiosidad, ¿por qué lo tienes registrado?
—Porque Jessy revisa que lo tenga siempre, en dado caso que ella no tenga su teléfono a la mano, me llega a mandar mensaje por el teléfono de Phil.
—¿Y solamente esta dispuesto por tratarse de ti?
—¿Tú que crees? —le preguntó obvia.
Sonó el timbre y en seguida el salón comenzó a llenarse, las miradas no faltaron y Mc simplemente las ignoraba. No iba a volver a derrumbarse, menos en frente de todos.
Eso le daría orgullo a Hannah, y no lo permitiría.
Pasadas las horas ahora se encontraba en la cafetería, el rubio se ofreció a comprar la comida y mientras tanto, ella esperaba en la mesa.
Se sentía muy aburrida sin su mejor amiga, ahora mismo podría haberle contado sobre Jake, pero tendría que esperar al día siguiente.
O sino ese mismo día, si es que a la chica se le apetecía ir a visitarla a su departamento.
Sacó su celular y vio el chat con Jake, miró a ambos lados tratando de visualizar al chico, pero era absurdo.
No conocía su forma de vestir, su rostro, nada.
Pero sentía que estaba ahí, viéndola desde un punto ciego.
Estaba decidida, lo iba hacer.
Mandó el mensaje y espero a que Jake respondiera.
Una charola la sacó de su pequeño viaje, para ver como el rubio se sentaba frente a ella.
—¿En qué tanto piensas? —le preguntó curioso mientras le daba una mordida a una manzana.
—Cosas de chicas.
—No lo se, Mc —la llamó autoritario.
Se le quedó viendo confundida al ver cómo el rubio la señalaba con una cuchara de metal.
—Eres sospechosa de cubrir un crimen donde eres culpable.
—Tonto —se empezó a reír por la ocurrencia del chico.
—Solo digo la verdad, estabas haciendo algo en tu celular que te mantuvo muy concentrada, ni siquiera viste que te traje sandwich de atún en vez de jamón.
La chica al ver eso frunció el ceño ofendida.
—¿Lo ves? Y estabas a punto de darle una mordida —dijo para intercambiar los alimentos.
Mc negó, para después morder su sandwich satisfecha.
—Pero aún espero una respuesta.
—Cuando sea el momento se los diré a ti y a Jessy, es algo descabellado de cierta manera.
—Hablando de ti, cualquier cosa puede ser descabellada.
—Soy un caso especial y único, ¿qué esperabas? —comentó orgullosa.
Su celular vibró y rápido lo abrió, e inconscientemente sonrió al ver de quien se trataba.
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𝑴𝒊 𝒑𝒓𝒐𝒕𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓 ||𝑫𝒖𝒔𝒌𝒘𝒐𝒐𝒅||
FanfictionMc es una chica común y corriente como cualquier otra, con unos grandes amigos que la quieren, todo parecía ir normal en su vida; hasta que los ataques iniciaron. Nunca se había sentido tan insegura en su vida, hasta que llegó él. Aquel hacker que s...