Mc es una chica común y corriente como cualquier otra, con unos grandes amigos que la quieren, todo parecía ir normal en su vida; hasta que los ataques iniciaron.
Nunca se había sentido tan insegura en su vida, hasta que llegó él.
Aquel hacker que s...
Esperaba pacientemente a que su hermana llegará, estaba muy furiosa y quería desquitarse con alguien.
No usaría a su hermana para ello, no era un monstruo.
Aun seguía furiosa por la última llamada qué tuvo con su amigo, nunca le había negado nada. Y que le dijera que no por primera vez, la había enfurecido.
No entendía por qué, pero en cuanto lo viera, claro que le reclamaría. A ella nadie podía decirle que no.
Salió de sus pensamientos en cuanto vio a su hermana menor sentarse frente a ella con un café en mano.
—¿Qué sucede Hannah, para qué me necesitabas?
—¿Cómo qué para qué?, ¿qué está pasando con Jake?
—¿Qué debería de pasar?
—No seas tonta Lilly, desde hace días que Jake esta raro, ya casi no me habla, se la pasa metido en el celular y cada que le pido un favor me saca la vuelta.
—Bueno, tal vez sea porque tiene otras responsabilidades, la vida de Jake no gira en tu entorno Hannah.
—Tonterías, él me prometió estar ahí siempre para mi.
—No puedes aferrarte a una promesa infantil Hannah, tu y él eran unos niños cuando él te prometió eso. Ahora él es un adulto y tu igual, era obvio que las cosas iban a cambiar con el paso del tiempo.
Hannah frunció el ceño al oír eso, más porque sabía que Lilly tenía razón, pero se negaba ha aceptarlo.
Ha aceptar que Jake ya no era para ella.
—Jake nunca fue para ti Hannah, y eso él te lo aclaro muchas veces. Él nada más te veía como su mejor amiga, hasta podría jurar que te veía como una hermana.
—¡Eso es mentira, él me quiere!
—Cómo una amiga Hannah, no confundas la amistad con el amor.
Hannah cruzó ambos brazos mirando hacia otro lado, ella muy en el fondo creía que Jake la quería como algo más que una amiga, pero nuevamente las palabras de ese día la apuñalaban como un cuchillo a las verduras.
Era terriblemente doloroso tener que recordar ese día, aquel día que supo que Jake nunca iba a ser para ella. Y recordar a la responsable solo la hacía odiarla más.
—¿No crees que ya va siendo hora Hannah?
Al escuchar eso, la chica volvió a salir de sus pensamientos, ésta vez, para ver a su hermana con un gesto estupefacto.
—¿Hora de qué? —le preguntó con la esperanza de que no fuera lo que estaba pensando.
—Hora de que le digas toda la verdad a Jake y a los chicos. Que le reveles a Jake qué sabes de sus sentimientos por Mc y que por eso la odias tanto, y que solo estas con Thomas por el despecho qué Jake te dejo al saber que nunca te iba a corresponder. Y que todo lo que has dicho de Mc es una vil mentira que inventaste con tal de desquitarte con ella y hacerle ver a Jake algo que claramente, Mc no es.
Hannah achicó sus pupilas, todo lo que había logrado no se iba a ir a la basura por culpa de su hermana. Y si tenía que seguir con aquella mentira hasta el final de sus días, así lo haría. Tenía que hacerle pagar a Mc por la fechoría qué le había hecho.
—¡No, ella tiene que pagar por haberme quitado a Jake!
—¡Ella no te quitó nada Hannah, si nunca hubieras escuchado esa conversación, te aseguro que nada de esto estaría pasando!
—Pues siento decepcionarte hermanita, pero lo hice, y no sabes cuanto agradezco haberlo hecho, porque así descubrí que Mc es una hipócrita qué no respeta lo que es de los demás.
—Por enésima vez, Jake no es tuyo ni nunca lo será. No fue su culpa haberse enamorado de Mc.
—Cómo haya sido —se levantó de la mesa dispuesta a irse —. No me vuelvas tu enemiga Lilly, y ni se te ocurra decirle a nadie de lo que hablamos, no parare hasta que Mc se vaya de la vida de Jake para siempre.
Después de decir eso, Lilly vio como su hermana se iba, tenía que decirle a Jake sí o sí, o si no, habrían problemas de los cuales más tarde se arrepentiría.
Una vez que Hannah estuvo lejos, sacó su celular para hacer una llamada. Espero dos tonos y se escucho una voz masculina al otro lado.
—Necesito que me hagas un favor, y créeme que serás muy bien recompensado.
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Su día escolar había terminado y en ningún momento se había topado a sus amigos, lo cual le extrañaba pero en cierta parte los entendía.
Después de la última vez que hablaron su tono de voz se interpretó de una manera en la que decía "no me hablen por el momento". Y realmente agradecía ese pequeño momento de paz y convivencia qué estaba teniendo con ella misma.
Salió de la universidad y comenzó a caminar hacia su departamento, traía puestos unos audífonos inalambricos y escuchaba música por medio de uno.
La fortuna era que no vivía tan lejos de su departamento, pero si le generaba incomodidad caminar sin la presencia de Richy o Jessy.
Al llegar a su departamento dejo su mochila en uno de los sillones y caminó directamente hacía el baño, tomaría una ducha antes de cualquier otra cosa.
Una vez que se quito la camisa su mirada se paseó por las estrellas qué estaban dibujadas en sus cicatrices, sonrió y las acarició con sus dedos. Tal cual Jake lo había hecho.
No quería quitarlas, pero debía hacerlo.
Antes de hacerlo, le tomó una foto para guardarla en la memoria de su teléfono.
