𝑭ü𝒏𝒇𝒖𝒏𝒅𝒛𝒘𝒂𝒏𝒛𝒊𝒈

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         Después de un rato, Jake llevó al chico a la dirección en donde daría su testimonio, ya que en esos momentos Mc estaba demasiado asustada y no quería estar rodeada de tantas personas.

Le pidió que se quedara en el baño mientras él volvía, y que por nada del mundo abriera la puerta a menos que fuera él.

Mc solamente asintió. Estaba demasiado asustada para concentrarse en el hecho de que Jake no tenía su máscara.

Y al parecer a Jake tampoco le había importado mucho, el único pensamiento que tuvo en ese lapso de tiempo fue que tenía que ir hacia donde estaba Mc. Porque algo le decía que necesitaba su ayuda.

Jake llevaba al chico con ambas manos tras su espalda, claro que lo reconoció, era uno de sus compañeros del taller de computación. Sintió asco y repulsión de saber que convivía con ese tipo.

—¿Quien lo diría? No sabía que estabas detrás de ella también —le mencionó, aunque sus intenciones eran otras.

—No lo estoy de la manera en la que todos ustedes están —Jake no quería hablar con él, pero si se atrevía a decir algo obsceno acerca de Mc, no se iba a contener.

—Oh vamos, eso es una gran mentira, eres hombre y yo entiendo a mi raza, no necesitas decir que estas enamorado de esa golfa para poder pasar un rato de diversión, tu secreto está a salvo conmigo —mostró su altanería y descaro mientras le guiñaba un ojo.

Al escuchar aquello Jake estampó su cuerpo contra la pared poniendo uno de sus brazos en el cuello, provocando qué al ir apretando, poco a poco iría perdiendo el oxígeno.

—Me conoces imbécil, sabes muy bien de lo que soy capaz. Si vuelves a referirte a Mc de esa manera, yo mismo me encargaré de que tu padre se entere que le has estado robando a su propia empresa y que por si fuera poco, tú fuiste el causante de aquel fraude qué casi los manda a la quiebra. Conociendo el carácter del señor Thompson, seguramente te enviara al colegio militar West Point.

—Oye bájale Jake, sabes perfectamente que ese lugar es casi como una cárcel —comenzó a murmurar, sintiendo como apretaba su agarre.

—No me interesa, ese lugar es más que perfecto para una mente tan enferma como la tuya.

—P-Pues yo me encargaré de que sepan que eres un hacker, y-y la policía v-vendrá por ti.

—Eres un idiota Thompson, si yo quisiera, en estos momentos te destrozaría la vida. Tengo el poder para hacerlo, sin embargo, te daré la oportunidad de redimirte. De no ser así, yo mismo me encargaré de ti.

Jake lo jaló para seguir caminando hacia la dirección.

—Conoces mi reputación entre los de Ingeniería y Computación, no te metas a la boca del lobo.

—Conoces mi reputación entre los de Ingeniería y Computación, no te metas a la boca del lobo

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Mc aun estaba nerviosa, tomó su celular y llamó a su mejor amiga. Necesitaba escucharla, saber que a pesar de la distancia que tenían en ese momento, aun estaba ahí para ella. Mientras sonaba el celular, tuvo inmensas ganas de llorar, y que de no ser por Jake, habría sido abusada.

Inconscientemente empezó a llorar de nuevo, justo cuando escuchó la voz de Jessy al otro lado.

¿Mc?

—J-Jessy... —la llamó con su voz entrecortada. 

Mc, ¿qué sucede, qué tienes, todo esta bien? —comenzó a cuestionarla, la preocupación se podía notar en el tono de su voz.

Mc no detuvo su llanto, se llevó una mano a su boca mientras la tapaba con la misma hecha un puño, trataba de controlarse pero no podía. Si antes su vida era una mierda, con todo lo que había hecho Hannah apenas hace unos días, ahora estaba mas que jodida, sumando la presencia de sus padres en Duskwood.

—¡E-Estoy muy mal Jessy, todo se ha estado yendo a la mierda desde que Hannah publicó esa puta mentira!

Muy raras veces Mc decía tantas malas palabras en una sola frase, y eso solo significaba una cosa, su mecanismo de defensa se había activado, estaba muy vulnerable en esos momentos. Pero, ¿qué había pasado para que estuviera así?

¿Qué sucedió Mc? —volvió a preguntar.

—T-Trataron de abusar de mi Jessy- —fue interrumpida nuevamente por el llanto.

A pesar de que habían sido unos cuantos segundos, para Mc fueron horas de torturas, donde aquella sensación recorría todo su cuerpo. Esa sensación de peligro, qué por más que viera que ya estaba a salvo, no se iría hasta que estuviera en su hogar.

¡Por dios Mc, ¿donde estas?!

—E-En la universidad...

Jessy maldijo al otro lado de la línea, en esos momentos estaba con Richy en el taller, y para su mala suerte habían llegado muchos clientes. Solamente había dicho que necesitaba ir al baño para poder responderle a Mc.

Puedo decirle a Richy qué pase por ti, y que te lleve a tu departamento. Si pudiera ahora mismo iría yo misma, pero no puedo dejar mi puesto.

Mc notó la preocupación en la voz de Jessy, y se sintió mal, no quería preocupar a nadie más ni que nadie tuviera que cargar con todos sus problemas. Sin embargo ahí estaba, tal vez y le daba vergüenza porque nunca antes había tenido amigos.

Nunca los tuvo en Moonvale, y cuando llegó a Duskwood llego a dudar de que los tendría.

—N-No te preocupes Jessy, estaré bien, s-solo quería que lo supieras y, perdoname por h-haberme alejado de ti...

Sí había algo que Mc odiaba, era tartamudear cuando estaba hablando con alguien sentía que era inentendible para los demás que la escuchaban.

Pero nadie podía ni tenía el derecho de juzgarla, fue víctima de un intento de abuso, y todos podían apostar qué eso era lo peor que le podía pasar a una mujer.

En cuanto termine mi turno iré con Richy a tu departamento, no estas sola Mc.

Cómo si Jessy pudiera verla, asintió. Después colgó y simplemente se quedó mirando a la nada, viendo un punto fijo como si fuera lo más interesante que haya visto en su vida.

Después de unos minutos escuchó qué la puerta fue tocada y se exaltó, el pánico comenzó a recorrerla, hasta que escuchó la voz de Jake al otro lado.

Cómo pudo se levantó y fue a abrir la puerta, viendo a Jake, sus ojos brillaron al ver el rostro de Jake. Literalmente era el tipo de chico que atraería a cualquiera en base a su físico, aquellos ojos azules tenían un delle de inseguridad, como si se sintiera juzgado.

Rápidamente Mc lo abrazó, dándole a entender con ese pequeño tacto qué cualquier idea de inseguridad que pasara por su mente en esos momentos, se evaporara como el agua qué hervía de mas.

Jake correspondió el abrazo encantado.

—Quería que me vieras tal cual en otra ocasión, pero al ver que presionaste el botón, el miedo me inundó y corrí rápido para ver donde estabas —acarició su cabello, masajeandolo para darle tranquilidad.

—Gracias Jake —ahora no salió ningún tartamudeo.

¿De verdad Jake le daba tanta paz?

—Vamos, te llevaré a tu departamento.

Se acercó a tomar su mochila y volvió a su lado, pasando uno de sus brazos por sus hombros para acercarla a él y que se sintiera más segura.

Y así, ambos empezaron a caminar al estacionamiento.

𝑴𝒊 𝒑𝒓𝒐𝒕𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓 ||𝑫𝒖𝒔𝒌𝒘𝒐𝒐𝒅||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora