⊱ 11 ⊰

491 76 9
                                    

Minho no sabía cómo sentirse luego de que Jisung se fuera a casa, él parecía enamorado pero eso no quitaba el hecho de que sus padres lo estaban obligando a casarse con alguien más. Una frustración y miedo lo corrompía, sabía bien como era esa situación para los jóvenes de clase alta, había tenido alumnos que apenas terminaron la secundaria pasaron por lo mismo y les fue imposible detener a sus padres.

Temía que pasara lo mismo con Jisung, él era un ser brillante y alegre, no se lo imaginaba siendo rebelde frente a sus padres, confiaba en su palabra y en la seguridad que decía tener sobre sus sentimientos, pero no podía tener certeza de que pudieran terminar juntos después de revelar su relación a sus padres, y entre más pensaba en lo difícil que sería para Jisung decir NO al compromiso, más vacío y triste se sentía.

Si Jisung llegaba a serle arrebatado de su lado, su pequeña casa nuevamente se volvería oscura, un escalofrío lo recorrió y agitando su cabeza se movió para dejar de pensar en ello, Minho fue al lavamanos y comenzó a lavar su ropa como habitualmente, el agua fría congelaba sus dedos mientras fregaba con fuerza y sentía ese peso en su pecho por aquellas preocupaciones.

Secó su rostro con la manga de su camiseta y siguió lavando, luego de ello se metió a la ducha, quién hubiera pensado que su día sería tan intenso y revelador, al salir se sentía cansado como si hubiera recibido una avalancha de situaciones que debía meditar sobre cómo reaccionar a ellas.

El día siguiente era el último día de clases, las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina y como buen profesor hizo el día agradable para sus alumnos, ellos pasaron un buen rato cantando canciones junto al asistente que parecía animado tocando su guitarra, mientras que Minho no podía dejar de sentirse intranquilo.

Esa tarde Jisung lo obligó a ir a la cita que había programado con su prometida, el pianista no podía creer que lo estuvieran arrastrando para ir a verla y de alguna forma se sentía engañado, él parecía muy feliz de volver a juntarse con ella y no podía evitar los celos que lo visitaban y el ligero mal humor que intentaba disimular.

Jisung lo había llevado a un café bastante lindo en el centro de la cuidad y pidieron algo para comer mientras la esperaban, el asistente se sentó a su lado dejando el asiento de al frente vacío para ella, hablaba de cosas que en realidad no le estaba poniendo mucha atención, Minho estaba más preocupado por la persona que llegaría, que de su propia conversación.

—Minho ¿Me estás escuchando? —dijo Jisung viendo que había perdido todo tipo de atención de él y el maestro lo miró confundido. —No pienses de más, ella es amable.. Aunque creo que también puede ser un poco agresiva.

Lo escuchó decir tan seriamente que Minho no podía evitar imaginarsela como alguien a la que debía temer, y cuando la campanilla de la puerta sonó al ser abierta, Jisung se giró de inmediato a su encuentro levantando su mano indicándole la mesa y Minho sólo esperó a que ella se sentara frente a ellos.

Ahí fue cuando por fin vió su rostro, ella no era nada parecido a lo que había estado imaginando, su rostro era brillante y tenía una linda sonrisa, vestía un vestido blanco y su cabello llegaba hasta el cuello, se sentó erguida y puso ambos antebrazos sobre la mesa interesada en los hombres frente a ella.

—Dami.. tu cabello —se escuchó la voz confundida de Jisung y Minho se giró encontrando el asombro en su rostro.

—¡Yo misma lo corte! A mis padres no les gustó para nada —dijo con tono divertido, como si el único propósito de haberlo cortado era para hacerlos molestar y eso le causaba gracia. —Tu debes ser el novio de Jisung.

La escuchó decir tan tranquilamente mientras lo observaba que se sintió nervioso, por otro lado el chico junto a él que aún no procesaba su cabello corto no decia nada para ayudarlo.

Until The Last Note | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora