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*¿Dejar atrás la casa de mis padres?*

Minho miró desconcertado el rostro del contrario, sus ojos brillaban ante la idea de irse juntos a quién sabe dónde, pero para el pianista todo era demasiado ambiguo y repentino.

—Sé que es muy apresurado de mi parte, pero te prometo que estaremos bien.. Tengo unos ahorros y nunca permitiría que te faltara nada, pero por favor ven conmigo.

La propuesta estaba hecha pero aún así habían muchas cosas en las que pensar, él había intentado sobrevivir en esa casa y todos sus recuerdos estaban en ella, aunque fueran pocas cosas las que habían dentro de esas paredes, todo en ella eran la esencia de sus padres y simbolizaban su paso en este mundo, además tenía a su gato ¿Cómo podría marcharse sin él?

El tiempo era poco, los padres de Jisung no tardarían demasiado en comenzar a buscarlo por todos lados, temía que lo encontraran y le hicieran daño, que lo obligaran a hacer cualquiera de las dos opciones que le habían dado y que nunca más volviera a verlo.

La desesperación llegó rápido a su cuerpo y no sabía qué hacer, mientras que Jisung sostenía sus dos manos con fuerza buscando su mirada, el maestro era un lío en su interior pensando qué se supone que haría con la escuela, gracias al cielo estaban en medio de las vacaciones o todo sería mucho más difícil de manejar, aún así debía renunciar si querían irse de la cuidad, pero si lo hacía ¿Cómo sobrevivirían? No podían confiarse tanto de los ahorros del chico.

Su corazón latía rápido y cuando la puerta fue tocada desesperadamente, el pianista y el asistente miraron asustados hacia la entrada, negándose a abrirla y tener que separarse para siempre.

—¡Minho, Jisung soy yo! ¡Abran la puerta! —se escuchó la voz de Dami y ambos hombres soltaron aire casi desmayandose del susto.

Jisung se apresuró y tomándola de la muñeca la introdujo dentro de la casa cerrando rápidamente la puerta, ni siquiera se dió el lujo de mirar hacia el exterior pero pedía con todas sus fuerzas que nadie la hubiera estado siguiendo.

—Mi madre me contó lo que pasó.. lamento mucho haberlos puesto en esta situación —dijo con las cejas arqueadas y sus ojos con una clara expresión de arrepentimiento.

—Tranquila, en algún momento esto tenía que pasar —respondió con rostro completamente convencido, su expresión era triste pero intentaba verse fuerte frente a ella.

Minho vió lo difícil que era la situación para él, después de todo estaba eligiendo ser libre a pesar de que para lograrlo debía dejar su vida como lo era hasta ahora, abandonar su hogar, sus padres, sus pertenencias e irse con lo poco que cabía en un par de maletas.

Se sentía abrumado y triste por él, pero no podía culparse por ello, Jisung le había dicho claramente que era algo que no tenía nada que ver con él, parecía haber estado destinado a huir y vivir lejos de su sangre, eso parecía no poder cambiarse aunque quisiera.

Y aunque le costara pensar en dejar este lugar que había sido su refugio por años completos, tampoco quería verlo irse de su vida solo y sin un lugar al cual llamar un hogar, el hecho de pensarlo hacía que su corazón doliera intensamente, no podría ver esa pequeña espalda saliendo por esa puerta buscando un futuro incierto y solitario.

—Jisung esas maletas.. ¿Te escapaste verdad? —se escuchó la voz femenina preocupada y se abrazó al cuerpo del asistente.

Él sólo se dedicó a tranquilizarla, no quería culparla por lo que sus padres habían decidido para él, no quería que nadie se sintiera responsable por algo que ni siquiera él merecía hacerce cargo, pero era consciente de que así estaban siendo las cosas, no había otra salida más que hacerle frente y aceptar su destino.

Until The Last Note | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora