⊱ 08 ⊰

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Ver a Jisung sentir tristeza, miedo y enojo por culpa de sus inseguridades lo hicieron sentirse horrible, de alguna forma el joven había acertado en cada palabra que dijo en voz alta y cejas fruncidas, era la primera vez que lo veía así de molesto y desesperado.

No supo qué hacer en ese momento, pero si algo era cierto, era que no quería verlo irse así, menos después del enorme paso que habia dado hacia él y sabía que no debió ser fácil soportarlo. Minho también quería aferrarse a Jisung y aprender de sus errores, le había abierto los ojos al decir al pie de la letra todo lo que debía arreglar de sí.

Dejar crecer todas esas debilidades por tanto tiempo le habían pasado la cuenta, y no solo a él, las consecuencias habían repercutido en Jisung, y Minho nunca quiso ni pensó que algo así sucediera alguna vez. No supo bien cuántas veces se había disculpado mientras veía al joven preparándose otro café caliente aquella mañana.

—Está bien, conversemos de eso más tarde cuando estemos más tranquilos —lo escuchó decir con sinceridad y se sintió ansioso.

No era fácil cargar con el conocimiento de que a la persona frente a ti le gustas, escucharlo decirlo de su propia boca había sido tremendo, tanto que le causaba cierta timidez el silencio que se formaba mientras intentaban desayunar.

—Jisung..

—Lo sé —lo escuchó decir tranquilamente, el chico suspiró y dejó la taza sobre la mesa, se levantó y lo tomó de la mano, guiándolo hacia la sala para sentarse en el piso.

Lo vió apoyar sus rodillas, sentándose en la punta de los talones y esperó un segundo a que él también se sentara, Minho lo hizo torpemente mientras no podía dejar de pensar en lo inquieto que se sentía por dentro.

—Minho, no quiero que te sientas incómodo, así que si digo algo que no te guste puedes decírmelo de inmediato y guardaré silencio.. Entiendo que ambos somos hombres y que se supone que debía enamorarme de una mujer algún día, pero no resultó así.

Escuchó decir de un Jisung que parecía apenado, y mantenía distancia a pesar de que sus manos estaban temblorosas al igual que su corazón, y lo escuchó suspirar antes de seguir hablando.

—Yo nunca había tenido sentimientos por otro hombre, es la primera vez que paso por esto y por tu expresión creo que también es la primera vez que uno te confiesa sus sentimientos ¿Verdad?

Minho guardo silencio expectante, todos sus sentidos estaban en alerta ante cualquier reacción o movimiento de Jisung y sentía una extraña necesidad de moverse para estar más cerca.

—A lo que quiero llegar es que, aunque suene inmoral, a mi realmente me gustas, fue interesante el momento en el que me di cuenta que me encantaba ver tus expresiones, la forma en cómo caminabas, cómo hablabas en clases y te comportabas amablemente en todo lugar, me gustaba verte llegar despeinado por las mañanas y ayudarte a tranquilizarte porque siempre pensabas que era algo terrible llegar tarde, aún cuando todos ya estábamos acostumbrados.

Jisung comenzaba a hablar más tranquilamente al relatar sus buenos recuerdos, con una sonrisa genuina en su rostro, eso hizo que inconscientemente él también se relajara y lo escuchara más cómodo.

—Y aunque rara vez sueles sonreír, las veces que lo hacías eran tan preciosas que no pude evitar querer ser yo el que las causara, quería que te sintieras cómodo conmigo y tu siempre eras tan amable que acercarme fue realmente fácil.. Además me permitiste conocer tu hogar, esa noche fue una de las más felices de mi vida.

Minho abrió los ojos sorprendido, nunca creyó que esa ocasión fuera de tanta importancia para él, y recordó lo asustado que se sentía esa tarde por tener que mostrarle su yo más profundo, su realidad más cruda y solitaria, pero ahora que lo escuchaba hablar de ello como si fuera un regalo o una especie de milagro, no podía dejar se sentirse agradecido.

Until The Last Note | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora