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Despertar fue algo completamente diferente para Jisung, cuando abrió los ojos toda la habitación vacía estaba llena de luz proveniente de esa ventana sin cortinas, sintió un leve dolor de cadera y recordó que había pasado muchísimo tiempo desde la última ves que había dormido en el piso.

Se sento medio perdido y se dió cuenta que Minho no estaba a su lado, frotó sus ojos y se levantó dirigiéndose a las escaleras medio somnoliento, al bajar buscó por el interior y no había rastro de él hasta que la manija de la puerta moviéndose lo hizo asustarse.

Cuando la puerta fue abierta y pudo ver el rostro de Minho con un par de bolsas en las manos sintió un gran alivio, "¿Estás despierto?" Lo escuchó decir mientras cerraba la puerta tras su espalda y se acercó con una sonrisa, besando su frente. "Acabo de despertar" respondió con voz baja y lo siguió camino a la mesa, donde el pianista desempacó el contenido de las bolsas dejando a la vista unos paquetes de fideos, verduras, sándwiches, agua y latas de café.

—Tenemos que buscar una forma de volver por mis cosas —dijo tranquilo y Jisung asintió, era consciente de que debían comenzar a hacer suyo el lugar, hacerlo habitable.

—Llamemos a Dami, ¿Se quedó con tus llaves, verdad? —respondió recordando el alboroto de esa mañana, recibiendo un pequeño asentimiento del contrario.

—De seguro estará feliz de conocer la casa —dijo Minho tomando un sándwich ofreciéndoselo.

Jisung se sentó en una de las sillas esperando a que Minho se sentara a su lado, y apenas lo hizo se acercó para recostar su cabeza en su hombro, se sentía tranquilo, verlo tan animado regresando a casa por la mañana después de comprar, lo hacía darse cuenta que habían hecho las cosas bien, este nuevo lugar podía verse grande para los dos pero sólo era cosa de amueblarla y todo estaría en su lugar.

—¿Dormiste bien? —preguntó el pianista preocupado al verlo apoyado en su hombro y Jisung se enderezó para contestarle.

—No extrañé tanto la cama como pensé —respondió sintiendo la mano del contrario sobar su espalda de todos modos haciéndolo sentir mejor.

—Terminemos el desayuno y salgamos a ver el lugar —dijo Minho animado. —Hoy amaneció despejado.

Jisung sonrió y rápidamente se dedicó a tomar su desayuno, se sentía emocionado al saber que habían muchas cosas que hacer y descubrir aún, era como una nueva aventura y cada segundo parecía ser distinto a todo lo que había vivido, porque justo ahora estaba construyendo su propio futuro paso a paso junto a él.

Al terminar se aferró a la mano de Minho y salieron de casa luego de alimentar bien a su gato, de alguna forma se estaba adaptando mucho mejor de lo que esperaron.

Afuera el sol rápidamente les dió la bienvenida y supuso que de ahora en adelante el clima sería distinto cada día por causa de la brisa del mar, era normal que de repente se nublara o saliera el sol.

—¿No fuiste a ver la playa antes, verdad? —preguntó juzgandolo con la mirada y Minho rápidamente sonrió.

—¿Cómo podría ir sin ti? —respondió mirándolo a los ojos y Jisung cambió la expresión de su rostro a una feliz. —No sería divertido.

—¡Claro que no! —respondió Jisung dando un pequeño saltito mientras caminaban bajando por la calle.

El sonido de las olas aumentaba y de un momento a otro la calle se abrió hacia el mar, una playa enorme apareció frente a ellos y la emoción los desbordó haciendo que ambos se apresuraran corriendo de la mano hacia la arena.

Jisung se quitó los zapatos al igual que el contrario y lograron sentir la tibia sensación en la planta de sus pies, que con cada paso que daban se enterraban aún más en la arena, la sensación de cosquilleo grato mientras avanzaban y la increíble vista del mar azul los tenían completamente enamorados.

Until The Last Note | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora