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Volver a tener a su gato en sus brazos aunque sea dentro de aquella caja era lo mejor que pudo pasarle esa mañana después del largo viaje que habían hecho en aquel tren, ya habían atravesado el momento más complicado y estaban a la deriva en una pequeña plaza en este nuevo cambio de escena.

Sentados en una banca sentían la brisa fría y húmeda del mar tocando sus rostros apenas optimistas, el cambio repentino de ambiente era aterrador, al estar cerca del océano las nubes eran más propensas a cubrir el cielo y por alguna razón eso hacía que Jisung se sintiera mucho más desesperanzado, como si ver el cielo gris quitara sus energías.

El asistente intentaba mantenerse valiente pero debía aceptar que el miedo lo corrompía al ver a Minho tan tranquilo viendo por las rendijas de la caja a su gato asustado. Por un momento comenzó a pensar que había sido demasiado extremista el querer escapar llevándoselo a él también.

Estaba perdido en sus pensamientos mientras veía sus maletas juntas en el piso y sintió la calidez de la mano de Minho llegar a la suya, sujetándola con cuidado y dirigió su mirada hacia él. Una sonrisa apareció instantáneamente en su rostro de sólo verlo ahí, tan suave y amable como siempre.

—¿Deberíamos ir a la playa? —dijo Minho intentando aumentar el ánimo de su compañero, y Jisung sonrió negándose.

—Primero sería mejor buscar un lugar donde pasar la noche.. Y bueno si es que te gusta este lugar, prometo que mañana me levantaré temprano y buscaré una casa donde vivir —dijo Jisung levantándose aún sosteniendo la mano del contrario. —No es necesario que nos quedemos aquí si no te sientes cómodo con el mar, podemos seguir adelante y encontrar otro pueblo o tal vez otra ciudad.

La voz del chico era claramente una preocupada, quería que Minho se sintiera cómodo estando con él, no le importaba si tenían que seguir buscando, mientras el pianista siguiera a su lado podía vivir en el fin del mundo si fuera necesario.

—Tranquilo, este lugar me agrada muchísimo.. Pocas veces pude venir al mar cuando estaba con mis padres, de hecho casi no recuerdo esos días —dijo Minho con una expresión agradable y vió a Jisung agacharse frente a él.

—Entonces vayamos a la playa más tarde —respondió ya con una voz más tranquila, sintiendo como Minho acariciaba el dorso de su mano.

—Eso me gustaría —dijo sonriendo y el sonido del estómago de Jisung rugiendo por hambre los tomó por sorpresa haciendo que el pianista sonriera de oreja a oreja. —Busquemos algo para comer.

Prontamente se encontraban en un pequeño café con todos sus bolsos esperando a que trajeran sus pedidos a la mesa, ambos chicos conversaban tranquilamente mientras se acostumbraban al nuevo aire.

—Deben haber un par de escuelas cerca para buscar empleo, sino estoy dispuesto a trabajar en lo que sea —dijo Minho seguro de si mismo y Jisung respondió con un "Lo mismo para mi".

Más tarde mientras comían, gracias a todos esos bultos junto a su mesa comenzaban a sentirse demasiado observados, escuchaban a la gente detrás de la cocina susurrar cosas y no podían hacer nada más que ignorarlos. Minho aprovechó de darle de su sándwich a su gato a escondidas y para cuándo sus tazas de cafés estaban vacías al igual que sus platos, ambos chicos se prepararon para marcharse del local

Una señora se acercó a ellos para cobrar la cuenta y rápidamente comenzó a preguntar curiosa —¿Vienen de vacaciones? —dijo observando el claro montón de maletas.

Minho miró divertido al contrario y Jisung suspiró un poco pero supo que era una buena oportunidad para sacar provecho.

—Nos estamos mudando, pero aún no tenemos un lugar.. ¿De casualidad usted sabe si hay alguna casa o habitación en renta? —preguntó sin pelos en la lengua a una mujer que ni siquiera conocía para estar hablando de casas.

Until The Last Note | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora