003.

142 32 9
                                    

Lee Saerom

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lee Saerom

Repasé mentalmente todo lo que diría ese día. Había estado estudiando los informes que hice, además de repasar lo que Jung y Kim hicieron, por qué sí. Ambos eran tan egocéntricos que hicieron su propia investigación aparte de la que nos dieron.

Con la ayuda de Jiheon, descubrí que ellos dos, siempre han tenido la riña de demostrar quién es mejor, y entre todos los enólogos de la empresa, se rumora que yo estaba entrando en aquella riña. Me molestaba en parte, ya que no quería tener nada que ver en algo que no me convenía, digo, solo hago mi trabajo y es lo único que me debe importar.

Volví a lo mío, buscar el documento original que edité, con toda la información reunida. Pero, solo encontraba el borrador. Llevaba una hora sola en esta sala de reuniones, los oyentes aún no llegaban, ni siquiera los egocéntricos estaban, por ello había dejado todas mis cosas aquí, cuándo tuve que ir al baño. Es imposible que alguien cogiera mi portátil.

Lo que me faltaba. Salí al baño y dejé expuesto todo. No podía desconfiar así, era ser paranoica.

Bufé. A penas me acordaba de lo que pusieron esos dos. Me encontraba no de un buen ánimo, después de recordar todo lo que tardamos en ponernos de acuerdo en lo que diríamos. Fue un horror escuchar a Kim hablar por horas de por qué lo que había escrito era mejor.

Salí de mi bucle personal, solo para fijarme en que las personas estaban llegando. Cerré mi portátil, de igual no me serviría para nada. Hice un par de reverencias, deseando que todos llegaran a tiempo.

Tomé entre mis manos, los papeles que estaban en el escritorio. Era mi borrador que imprimí antes de venir hasta aquí. Justo cuándo empezaría a leer, miré como entre los oyentes, se adentraba Jung. Hizo contacto visual conmigo y se acercó.

—¿Son todos?

—Buenos días —Musité, esperando a que también fuese educado, pero no lo era— Y no. Aún faltan cinco para las diez.

Revisó su reloj también, y asintió para sí mismo. Dejó su maletín sobre la silla donde yo antes estaba sentada. Se colocó justo a mi lado, viendo a todas las personas que se acomodaban, entre tanto, saludaba a los que seguían entrando. Extraño.

Tenía más de 20 páginas con quejas sobre estos dos. No obstante, puedo jurar que casi todas eran para Kim, era insoportable. Si tan solo no hubiese sido un idiota conmigo cuándo me vio, tal vez podría no querer jalonar su cabello, dizque perfecto. El día que nos reunimos los tres en mi oficina, fue un horror estar en esas cuatro paredes junto a él, no sé que pasará hoy.

Inhalé y exhalé profundamente, para bajar la presión que me estaba entrando. Se fue al vacío cuándo por lo visto, la última persona entró. Kim.

Cerró la puerta, como si supiera que estaban todos. Llegó hacia el escritorio, con una sonrisa, y saludando a todos, menos a nosotros dos. Según como lo habían planeado, yo iniciaría la charla, pero sus neuronas no juntaron dos e inició a hablar al darse cuenta de que el proyector estaba listo... gracias a mí.

DIONYSUS | KTH & JHS [Sinful #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora