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Lee Saeron

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Lee Saeron

Acomodé mi cabeza en mis rodillas, tranquilizando mi cuerpo por lo nerviosa que me sentía.

Quién había entrado, era nada menos que Yeonjun, que le llevaba un té que le pidió antes. Debía tener cuidado, porque si hacía un leve ruido, podría escucharme. No sé qué es lo que haré cuándo este se vaya y vuelva a quedar a solas con Kim.

—Además, me encontré a la secretaria Ri, me pidió una reunión privada con usted, lo cual le dije que debía preguntarlo primero. Y la directora Im, está afuera esperándolo.

Vaya, todo el mundo quería verlo. Solo faltaba que sea otra presa de este idiota, para hacerles lo mismo que a mí. Es que, de verdad, siempre había pensado con la cabeza fría, no con la que quería mi cuerpo.

—Dile a Nayeon que puede pasar, y olvídate de la secretaría Ri, tengo asuntos más interesantes.

Maldición, otra persona más iba a entrar.

—Ah, Tae hyeong, quería saber si al final iremos a cenar esta noche.

—Sin problema.

¿Le llamó Tae hyeong? Bueno, era más que obvio porque era su hermano. Lo peor, es que su voz, tan suave y tranquila, me parecía de alguna forma conmovedora, no era lo que parecía cuándo lo he escuchado hablarle a Yeonjun.

Escuché la puerta, pero estábamos solos, ya que Taehyung alejó un poco su silla, para verme.

—Discúlpame, pero debe entrar Nayeon.

Quería decir algo, pero en eso la puerta volvió a sonar. Fruncí mis labios, ¿qué es lo que iba a decir? No tuve que haber venido nunca, al país directamente.

Por lo visto era como una pequeña reunión. Hablaban sobre los costes de administración, y sobre campañas publicitarias. Suspiré, ya cansada.

Necesitaba salir de aquí, ver como una de sus piernas se movía con tic, me daba nervios.

—Te envié también los documentos de lo que está haciendo el departamento de comunicación, que organicé las operaciones económicas que llevará todo eso. Ah, ¿y sabes donde se encuentra Saerom?

¿Qué? Había dicho mi nombre.

—No.

—Bueno, tenía que entregarle algo sobre ese proyecto, que ella será la protagonista por decirlo así. Tampoco su secretaría está. Bueno, se lo enviaré más tarde.

Si no mal recuerdo, ya que a lo que se refiera. Sobre la entrevista.

Gracias a Dios, después de mencionar unos asuntos más, escuché la puerta por última vez, eso espero. La silla se movió, dejándome paso para que saliera. Me levanté con un poco de dificultad, pero este me tomó de la mano para ayudarme. Pero lo jodió más, por qué aun tomando mi mano, y que me dolían las piernas –las sentía débiles–, me acercó a él, para acabar sentada sobre sus piernas, pero esta vez de lado.

DIONYSUS | KTH & JHS [Sinful #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora