Lee Saerom
Justo la vena de mi frente reventaría de lo molesta que me encontraba, otra característica que tengo de la mujer que me dio a luz. Me estaba sacando de quicio, al menos pudo avisarme que vendría, así me alistaba mejor.
Traté de guardar todo lo que quería decir, por ello simplemente suspiré y acerqué mi rostro a su oreja, queriendo hablar suave,
—Será mejor que vuelvas a casa, si no, estoy dispuesta a sacarte de aquí.
Y como le daba igual todo, se alejó de mí, poniéndose al lado del idiota de Kim. Con esa mirada que me daba, siempre era para retarme.
—No he acabado de ver todas las instalaciones, y el director Kim, aquí presente, se ofreció a seguir enseñando.
Su mirada no se separaba de mí, así que me pregunto que es lo que pasará por su cabeza ahora, imaginando miles de cosas sobre mí, que no debería importarme en absoluto.
—Lo lamento, señora Lee. Al final creo que no podré hacerlo, tengo mucho trabajo.
Sonrió a mi madre, haciendo una reverencia, para luego alejarse sin más. Las cosas siempre hay que dejarlas en claro, y es que, tantas veces le dije a Kim que no me molestara, pensando en que quería tener algo con Hoseok... ahora que pareciera que eso pasará, me cuestiono tanto como podría reaccionar él, si aun así seguirá buscándome.
Nunca tuve que ceder ante sus encantos, no debí hacerlo.
—¿Ya ves lo que provocaste?
Me giré para verla. Apreté mi mano en un puño, aguantando toda mi rabia.
—¡¿De qué hablas?!
Suspiré con fuerza. Me largué de ahí echando humo. Esto era increíble, me sacaba de lugar, me aturdía completamente, no podía estar pasando esto también en mi espacio de trabajo, suficiente tengo que esos dos hombres trabajen conmigo.
Llegué a mi oficina, agradeciendo que no estuviese Jiheon en su escritorio. Cerré la puerta haciéndola sonar. Debía tranquilizarme, pero estoy harta de que siga entrometiéndose en mis asuntos.
—Joder.
Di un golpe sonoro en mi escritorio. Suspiré, guardando la compostura. No sé qué me molesta realmente, enojarme por esa razón que odio, o por mi madre.
Ha pasado mucho tiempo desde que no presto atención ante el egocentrismo de ella o sus burlas y críticas hacia mí. Ahora pareciera que va en camino a meter en mi vida, que si se entera de más, se convertirá en más que un infierno.
Suspiré, moviendo lentamente mi cabeza de un lado a otro, viendo los papeles sin ordenar en mi escritorio. La puerta sonó y después de indicar que pasaran, fui a sentarme. Se trataba de Jiheon.
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DIONYSUS | KTH & JHS [Sinful #3]
أدب الهواةNi la misma 𝗟𝗲𝗲 𝗦𝗮𝗲𝗿𝗼𝗺, esperó ser capaz de seguir su codicia vehemente que la llevaría a la perdición. Ya qué estaba tan equivocada al pensar que 𝗞𝗶𝗺 𝗧𝗮𝗲𝗵𝘆𝘂𝗻𝗴, no obtendría lo que él, se propone. Por qué sus obsesiones se resum...