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Jung Hoseok

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Jung Hoseok

Apagué mi computador, para luego levantarme de la silla. Había estado revisando unos archivos que Sakura, mi secretaría, envió esta mañana. Tenía tantas cosas que hacer últimamente, que apenas podía respirar. Pero según decían, no era una excusa para que dejara de comer.

Salí de la oficina, pero me detuve enfrente del escritorio de mi secretaría.

—Iré a la cafetería. Cuándo regrese, asegúrate de tener el listado de reuniones que tenga la siguiente semana.

Me fijé como apuntó lo que dije, así que me di vuelta para ir hacia el ascensor.

Necesitaba saber el orden de las reuniones que tenía, ya que tenía planeado viajar a Busan nuevamente, para ver el trascurso que lleva el cultivo. Siempre he sido sumamente estricto con estos temas, por ser el máximo encargado, pero me gustaría que ella me acompañara.

Ahora que la recuerdo, la he notado un poco extraña. Saerom, desde que la conocí me parecía tan hermosa que los nervios de mi cuerpo se descontrolaron sin saber qué hacer. Fui tan inútil en entablar una conversación normal con ella, teniendo en cuenta que no quería acercarme a ella, ya que solo tenía mente para mi trabajo. Pero desde que hablamos, volví a tener la sensación de lo que era sonreír con sinceridad, sin contar cuándo estoy con mi mejor amigo.

Me siento tan mal por ser un idiota, por ser culpable de cosas que ni siquiera quiero recordar, pero estoy seguro de que lo puedo enmendar.

Llegué a la cafetería, que buscando con la mirada, pude encontrarme a Yoongi esperando por mí. Me acerqué a él.

—Creí que no vendrías.

—Lo siento, tenía que acabar de leer un par de cosas.

Me senté. Lo que más me impresiona, es que en la mesa ya había dos bandejas de comida, justo con lo que me gusta. Sin preguntar, tomé mis palillos y empecé a comer.

Hace un par de años, él pasó por la misma situación, más o menos, a causa de las dietas estrictas que le dejaba su padre, desarrollo un problema alimenticio grave, que solo le dejó una lección de la cual hoy aprende, y trata de ayudarme a mí. Mis razones eran simples, empecé a los 16 a trabajar, con empleos de medio tiempo, lo que provocó un sobreesfuerzo por combinarlo con mis estudios, y ni pensar en mi salud, acabé en un hospital desnutrido.

Tengo un buen puesto ahora, pero eso no significa que lo quiera descuidar, pero comprendí que tenía un problema, y no es como que me quiera morir, no sin antes haber cumplido todo lo que tengo en mente.

—Oye, ¿mañana nos vemos?

Levantó su cabeza.

—¿No recuerdas que mañana tengo partido?

Era verdad.

—Lo había olvidado, lo lamento. Entonces ahí estaré, apoyándote.

—Bueno, no esperaba menos. Después del partido, iremos a comer. Tú vendrás, habrá todo tipo de comida, así comerás todo lo que quieras.

DIONYSUS | KTH & JHS [Sinful #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora