DIONYSUS | KTH & JHS [Sinful #3]

007.

Lee Saerom

No sé si era porque lo único que tenía en el estómago, era un té, pero creo que mejor me hubiera tomado una copa de vino para aguantar en toda la reunión a Kim. Estamos en la sala desde la primera hora de la mañana. Se trataba de una charla entre todos los enólogos, donde un par presentaban ideas, información y entre otras cosas.

Tal vez cuándo llegue a mi oficina ordene un poco, pensé haber dejado todo en orden antes de irme a Busan, pero no. A pesar de ser lunes, mi escritorio era un caos, y en mi pequeña mesa había más papeles que Jiheon había dejado.

Apoyé mi cabeza en la palma de mi mano, viendo el dibujo que había estado haciendo en mi hoja. Por alguna razón me hizo recordar al tiempo en que jugaba con mi hermano. Si lo pienso, en estas fechas de pleno junio, es invierno en Australia, qué agradable. Necesito que acabe ya esta calor.

Levanté mi cabeza, al ver como había alguien en mi lado con la mano estirada. Yeojun se estaba encargando de entregar carpetas a todos los oyentes. Cuatro personas presentaron hoy, Kim era el último y con este, la cuarta carpeta donde incluía toda la charla. Dejando eso de lado, me sentí avergonzada al sentir la mirada de todos sobre mí, ya que no me había dado cuenta por distraída. Tomé la carpeta entre mis manos y traté de concentrarme.

Pero, el tonto de Kim acabó. Gracias a Dios podríamos decir.

—Si alguno sigue teniendo duda, recuerde que puede encontrarlo en la carpeta —Ordené todas mis cosas, ahora si era hora de irme— La próxima vez, procuren escuchar la presentación y no ponerse a hacer dibujitos para que no tengáis que leer todo en el informe.

Le miré, que justo miraba hacia mí. Mis orejas se calentaron al girar hacia todos los de la sala, que aguantaban la risa. Qué vergüenza, quería irme ya de ahí.

Suspiré, conteniendo un poco mi respiración. Empecé a ordenar todo lo que me habían dado, mientras los demás también se levantaban y salían. Tomé todo y lo puse entre mis brazos, pero no me moví al ver como Yeonjun venía hacia mí.

—Ingeniera Lee, lo siento si la asusté antes.

—Oh Yeon...

—¿Y por qué deberías disculparte?

Mordí leve mi labio, aguantando las ganas de tirarle todo encima por haberme interrumpido. Se colocó al lado de YeonJun, mirándome con desdén.

—¿Y por qué debe meterse siempre en donde no le llaman? Por favor, no se meta o mejor vaya a meterle la polla a otra mujer de la empresa.

Mencioné, sin pudor alguno. Este dibujó su rostro con una sonrisa, levantó una ceja como si hubiese dicho la cosa más normal del mundo. Justo recordé que estaba Yeonjun, parecía incómodo, más que obvio.

—Muñeca, no me ofende lo que has dicho, así como no me molesta meter mi polla en chicas lindas y de gran culo, lástima que eso no ocurrirá contigo. En pocas palabras, porque eras fea, insípida y simple.