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Lee Saerom

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Lee Saerom

Después de lavarme las manos y secarlas, de mi bolso, saqué mi pintalabios, para darles un poco de color. Debía ir a comprar uno mate, para que no se me estuviese quitando cada vez que tomaba algo. Arreglé un poco mi cabello, ya que estaba un poco alborotado, puesto que no me dio tiempo de arreglarlo mejor después de lavarlo esta mañana.

Estaba dispuesta a irme, pero por alguna razón recordé cuándo el idiota de Taehyung entró al baño de mujeres, y nos encerramos en uno de esos cubículos. Desde el viernes he querido sacarlo de mi cabeza, era tan imposible cuándo estuvo tanto tiempo dentro de mí. Sus murmullos, sus gemidos aún resonaban en mi cabeza de forma insistente. Cuándo acariciaba cada parte de mi piel, su voz casi afónica, con los besos tan húmedos.

Olvidarlo era una misión que estaba dispuesta a cumplir. Había sido una noche de sexo, y ya está. Si logré olvidar tantas noches, esta sería pan comido.

Salí del baño, caminando por aquel corto pasillo. Me fijé como iban pasando un par de personas, y justo iba Hoseok. En él sí que me agrada pensar. Lo único que quería después de esa noche, era quedarme en mi casa, martillándome una y otra vez por lo que hice, pero aceptar la salida de Hoseok fue lo mejor que hice. Cuándo estaba a su lado, me sentía como una adolescente enamorada, no podía separar mi mirada de él, la forma en la que habla, su actuar, me acercaba cada vez más para conocerlo todo lo posible de la palabra.

Era tan divertido, podía reírme en cualquier momento junto a él. Pero no era solo eso, sino lo que hacía sentir más allá de eso. Cuándo nos detuvimos en ese puente, y tomó mi mano, creí que me besaría, le rogaba a la mayor divinidad del cielo. Solo obtuve una sonrisa coqueta que me derrumbó, y me hizo sentir tan cautivada, por qué en ese instante supe que lo quería para mí, quería ver que podía ofrecerme, además de una hermosa amistad en la que hablamos de nuestros sueños o nuestra infancia.

Bajé del ascensor, encontrándome con la CEO Kang.

—Buenos días, ingeniera Lee —Hice una reverencia—. Vine a buscarla y no la encontré.

—Oh, lo lamento, estaba comiendo algo. ¿En qué le puedo ayudar?

—Necesito que vengas a mi oficina, quiero hablar contigo sobre algo.

Asentí. Vi como se adentró en el ascensor. Llegué a mi oficina, donde Jiheon parecía que me esperaba también. Por lo visto debía darme una gran cantidad de folletos que debía revisar, así que los tomé y entré a mi oficina.

Dejé todo aquello sobre mi escritorio en orden, y luego mi bolso en el perchero. Me giré, dispuesta a ir a la oficina de la CEO, pero la puerta se abrió antes de que yo lo hiciera, haciendo que Taehyung entrara sin más.

Apenas pude moverme al verlo. No lo había visto desde el viernes, por ello su rostro provocaba un desorden en mí, por qué aún miraba sus gestos de desesperación mientras gemía, y sus ojos lujuriosos que jamás se iban.

DIONYSUS | KTH & JHS [Sinful #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora