𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 3

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Y un sombrío día nació (3/4)

Caminé por las calles de Jericó, observando el anuncio en una lona sobre una de las principales calles que conecta con una iglesia: "Festival de la cosecha de Jericó". Lo hacían cada año. Llegué a una cafetería en la esquina de esa misma calle, miré por el ventanal y vi cómo llegaba Merlina con su terapeuta. Tenía algunos privilegios por ser una estudiante perfecta, entre ellos, salir cuando quisiera al pueblo. Aunque, aun así, tenía mis límites. Me ponían una pulsera que mostraba mi ubicación constantemente, lamentablemente, todavía no encontraba la forma de quitármela.

— ¿Lo mismo de siempre, Mademoiselle? —una voz me sacó de mis pensamientos.

— Ya te dije que no me llames así —lanzé una mirada seria—, Tyler.

— Lo siento. —me sonrió con disculpa—. Es la costumbre. —me dio una sonrisa tímida—, pero... ¿Caramel Macchiato Helado? —asentí con una leve sonrisa.

Me senté a esperar mi bebida. Estábamos en época de climas fríos y levemente cálidos. Aun así, siempre me encantaba beber algo frío, sin importar la estación. Mi bebida llegó, y Tyler me dio una sonrisa tierna, siempre hace eso cuando vengo. Agradecí mi bebida. Empecé a tomarla y esperé algunos minutos antes de escuchar ruidos extraños de un mecanismo metálico. Tyler se notaba nervioso. Me levanté de inmediato y me acerqué a él. Vi un pequeño sonrojo cuando me vio cerca.

— ¿Qué pasó? —vi la máquina.

— Pues... creo que se averió. —también vio la máquina.

— Eso ya lo sé, tonto. —rodé los ojos—. ¿Qué fue lo que hiciste para que se dañara?

— Pues- ¡Uy! ¿Qué te pasa? —saltó espantado en su lugar, vi en la dirección de su mirada topándome con una cabellera negra muy conocida—. ¿Es un hábito que asustes a los demás? —Merlina me vio y luego al chico.

— Es más como un hobby —respondió con simplicidad. Tyler asintió extrañado y me miró como si yo supiera de ella.

— Es Merlina Addams, una nueva estudiante de Nunca Más. —dije ante su mirada.

— Les gusta cambiar el uniforme —mencionó, mirando el uniforme de Merlina; esta vez yo traía el uniforme normal.

— Quiero un cuádruple con hielo. Es una emergencia. —habló esta vez Merlina.

— Ah... —me miró Tyler.

— Son cuatro shots de espresso —volvió a hablar la pelinegra con un tono de voz más elevado para llamar su atención.

— Sí, yo sé lo que es un cuádruple, pero ¿qué crees? La máquina de espresso está teniendo convulsiones. Solo hay de la jarra. —señaló el objeto donde se estaba sirviendo un señor.

— Eso es para los que se odian a sí mismos y saben que su vida no tiene un propósito real. —Tyler me miró, y ambos volteamos al señor, el cual dejó de servirse café y mejor dejó la taza junto con la jarra. — ¿Qué le pasa a tu máquina?

— Es una bestia muy molesta con mente propia, y no me ayuda que las instrucciones están en italiano. Por eso (T/A) siempre me ayuda y- —paró cuando Merlina llegó a su lado y tomó el libro con las instrucciones.

— Quiero un destornillador de tres puntas y una llave Allen de cuatro milímetros.

— ¿Qué? ¿Tu... entiendes italiano?

— Por supuesto. —lo miró como si fuera lo más obvio del mundo, y Tyler volteó a verme incrédulo.

— Es la lengua nativa de Maquiavelo. Te dije que por eso sé italiano y francés. —me crucé de brazos.

No eres rara, solo... única (Merlina) *CORRIGIENDO Y ACTUALIZANDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora