Una chica, Merlina, ha decidido escapar de su hogar en busca de libertad. Dotada de una personalidad fría y calculadora, se revela como alguien callada, reservada y con oscuros deseos de venganza.
Sus caminos se cruzan con otra joven, y juntas se ve...
El fin de semana llego con rapidez. Me puse mi atuendo favorito estilo gótico.
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Los gritos de la multitud y de niños inundo mis oídos. Detestaba los lugares muy concurridos, pero esta vez era necesario. Estaba en medio de Enid y Merlina, esperando por Tyler, quien hablaba con su padre.
— ¿Seguras que confían en ese normi? – pregunto la peliblanca.
— Es amigo de ___, entonces sí. – respondio Merlina – Además, confió en que se protegerme.
— Bueno, suerte y buen viaje – le dice a Merlina. Trato de acercarse para darle un abrazo, pero la pelinegra pareció usarme de barrera – Sigue sin gustarte el contacto. Okey. Nos vemos en la habitación (T/A) – se despidió con la mano.
— Ahí está la directora – le dije disimulada a Merlina. Ella volteo sin mostrar ni un disimulo alguno y pareció retarla. La tome de la mano y la lleve a un puesto de juegos.
Merlina observo unos dardos, sin soltar mi mano uso la otra y comenzó a lanzarlos dando varias veces en el blanco.
— Guau, si fueras mejor, matarías a toda la manada – dijo Xavier llegando a mi lado, pero mirando a Merlina.
— Los pandas no viajan en manadas, – siguió lanzando, pero por alguna razón apretó más su agarre hacia mi – prefieren la soledad.
— Okey, entendí la indirecta. – asintió. Sonrió en cuanto me vio – Creí que te quedarías en tu habitación leyendo, como los años anteriores. Ya sabes, eres buena escabulléndote.
— Por desgracia, esta vez no. Estoy esperando a una persona. – el me miro, pero un brillo inusual se notó en sus ojos.
— ¿Ah, sí? ¿Quién es el suertudo? O suertuda. – su tono de voz se volvió más duro.
— ¿Por qué te importa? – pregunte esta vez soltando la mano de Merlina y cruzándome de brazos.
— Porque la ultima vez que yo te invite a salir, te negaste rotundamente. – respondió sin quitar su mirada de mis ojos. Hasta que algo más llamo su atención, haciendo que retrocediera de donde estaba.
— No quería interrumpir – llego Tyler a mi lado. Observé el cambio de miradas incomodo entre ellos, pero me mantuve en silencio.
— No lo haces – respondio el chico frente a mí. Me miro un momento, notando un poco de decepción y tristeza en sus ojos. Me mantuve seria, el paso cerca de mi y se fue del otro lado.
Mire por donde se había ido por unos segundos, Merlina me observaba con detenimiento, como tratando que ver que había pasado y sacar sus propias conclusiones.
— Sera más difícil de lo que creí. Papá no quiere que este aquí. – dijo acercándose más a mí. Tyler me miro con una sonrisa y luego a Merlina – Vámonos si queremos llegar a tiempo.
