Aquí encontrarás diferentes escenarios con algunos personajes de TOKYO REVENGERS.
Contiene lenguaje vulgar y contenido no apto para menores. (Luego no digan que no se los advertí). Recordemos que la historia es un Fanfic y sirve sólo como entretenim...
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«San Valentín»
Un gran suspiro salió de los labios de (___), quien termino pasando su linda tarde de sábado comprando chocolates de San Valentín. Recordar aquella conversación solo la hacía suspirar más, pues termino aceptando ser de ayuda para sus amigas.
—Por cierto, ¿Qué harán en San Valentín?
— ¡¿San Valentín?! — Alarmada se sentó correctamente. — ¡¿Cuándo es San Valentín?!
— La siguiente semana. — Cómo si de una gran revelación se tratase (___) frunció el ceño y volvió a su antigua posición.
— Haces que me preocupe y yo no tengo novio. — Acotó provocando la risa de sus amigas. — Por cierto, ¿Alguna va a declararse?
— Bueno... — Las tres sonrieron cómplices. — Queríamos pedirte un favor.
— No. — Respondió inmediatamente.
— ¡Pero, no sabes que es!
— Puedo imaginarlo. Así que no.
Aquel gran favor era solamente ir a comprar los chocolates y algunas hojas para escribir una carta. Sus amigas especificaron la marca y el tipo, por lo que ahora tenía que recorrer las tiendas en busca de ellos.
Sonrió al ver a través del cristal aquella caja faltante, definitivamente regresaría pronto a casa. Pero su sonrisa se borró lentamente al ver reflejada una cara bastante familiar.
— ¿Otra vez tú? — Inmediatamente se giro para encararlo, pues era la segunda vez en el día que se encontraba a Rindou.
— Eso debería preguntar yo. — Aquel muchacho sonrió con burla. — ¿Acaso me estás siguiendo?
— ¡Nadie te está siguiendo, payaso engreído! — Refutó bastante indignada adentrándose en la tienda.
Está acción hizo sonreír al rubio quien no dudo en seguirla, la busco por los pasillos y en cuanto la ubico decidió acercarse para molestarla un poco.
— A mí me gustan estos. — Sonrió entregándole una caja de color morado en donde había chocolates con almendras.
— Entonces cómpralos. — Le respondió en automático para después regresarle la caja.
— ¿Acaso no vas a darme chocolates en San Valentín?
— ¿Vas a rechazarme como a las demás? — Preguntó un poco curiosa pero, en realidad era para seguirle el juego.
— Bueno, si eres tú quizás podría fingir pensarlo un poco antes de rechazarte. — Respondió sonriente solo para ver el disgusto en la cara de la chica, ciertamente le divertían sus reacciones.
