Capítulo 10: ¿Cómo romper un corazón?

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El día diez fue tan doloroso que me cuesta encontrar palabras suficientes que lo describan.

Lo primero que hice al despertar, fue cerciorarme de que Hongjoong aun respiraba. Lo estaba haciendo, así que dejé escapar un triste suspiro.

Ya no me alegraba saber que vivía, quería que dejara de sufrir.

¿Puedes ir a buscarme algo de beber? - Preguntó jadeando. Él no había dormido ni un poco, y podía notarlo en sus ojos enrojecidos y su rostro pálido. - Se me ha secado la garganta y me arde.

No pude negarme, pues él realmente lo necesitaba.

Salí de la habitación, fui hasta la ranura de "Comida" y pedí algo de agua para mi amigo, la cual los hombres de blanco me dieron con rapidez.

Cuando volví, me enternecí al verlo acariciar los cabellos de los chicos, quienes seguían profundamente dormidos. Me recordó mucho a mi padre, quien hacía eso conmigo y mi hermano cuando teníamos miedo durante las noches.

Me acerqué a Hongjoong y lo ayudé a tomar el agua, pues sus manos temblorosas debido a la fiebre y sus constantes ataques de tos no le permitían hacer esa simple acción por si solo.

Aunque intenté darle de beber lentamente para que el agua no se derramara por sus pálidos labios, no lo logré. Muchas gotas de agua mezcladas con sangre cayeron sobre la cama y su ropa, pero a él no le importó.

Gracias, San. - Me dijo luego de haber terminado con aquella bebida.

No tienes que agradecerme. - Fue todo lo que le contesté antes de abrazarlo.

Poco a poco, los demás fueron despertando. Primero Yeosang y Wooyoung, luego Mingi, luego Jongho y Seonghwa y finalmente Yunho, al cual casi tuve que golpear para que abriera los ojos.

¿Podemos salir a comer? - Nos preguntó Hongjoong. Intenté decirle que estaba débil y que cualquier movimiento podría agotarlo. Intenté persuadirlo de comer allí, pero él se negó.

Fuimos lentamente hasta el salón. Yunho y Mingi lo ayudaron a caminar, pues no podía solo, y los demás nos dedicamos a buscar los platos con la comida. Nos dieron waffles, los cuales Hongjoong amaba, y me alegró saber que era feliz recibiendo algo tan simple.

Están deliciosos. - Dijo en cuanto Seonghwa llevó el primer trozo de alimento a su boca. Sus manos temblaban, así que el mayor lo alimentaba. - Les juro que si muero ahora mismo, lo haré feliz.

Nos alegró saber que estaba pasando unos últimos buenos momentos. Iba a contestarle, cuando un hombre de blanco entró al lugar.

Kim Hongjoong. Tiene una visita.

Supe de inmediato de quiénes se trataba.

¿Pueden llevarme hasta allá? - Nos pidió con una débil sonrisa. - No creo poder mantenerme de pie.

Aceptamos, pues queríamos que los viera por última vez. Dejamos que se apoyara en nuestros hombros y caminamos lentamente al área de visitas. El hombre de blanco nos miraba con atención, pero no sé si sentía algo de lástima. Él no nos ayudó.

Llegamos a la sala dando un suspiro. Eran Lee y Maddox, tal y como lo había imaginado.

¡Papá! - Escuchamos gritar a Lee detrás del vidrio.

Mi amor. - Susurró Hongjoong en cuando lo vio. Debo decirlo, la sonrisa que se formó en su cara en esos momentos fue tan real que mi corazón se llenó de alegría.

Por un segundo, él fue el Kim Hongjoong que siempre había conocido.

Seonghwa y yo lo acercamos al vidrio para que colocara su mano allí y el pequeño Lee la golpeara repetidas veces mientras reía.

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