CAPITULO 19:
•Lo que me atormenta.
Heather Sink.
Si de por sí, las cosas no podían estar más tensas antes, ahora estaban peor. Amber ya estaba en casa, ya era de mañana y yo tenia que ir a clase, ma...mamá está en la cocina preparando el desayuno y Amber esta que se lleva la que se la trajo, o sea mamá.
—¡¿Por qué la dejaste pasar?!— Amber bramó.
—A ver, no me grites, se discreta— ella puso sus manos al aire pidiendo paciencia y seguí hablando —. ¿Qué querías que hiciera? Llegó de repente y no podía dejarla en la callé.
—¿Y cómo demonios sabe donde vivíamos?
—No lo se ¿Tengo un letrero de adivina en la frente?
—No estoy para bromas, señorita— dio un gruñido de frustración —, no la vemos desde hace como siete años, la última vez que te llamó a ti fue hace como dos años y medio y lo hizo por error ¿Que mierda hace aquí?
—No te desesperes, solo tomemos las cosas con calma y...
—¿Que tomemos esto con calma, Heather? Es mi casa, ¡nuestra maldita casa! ¿Qué quiere? No la quiero aquí, solo...quiero que se vaya, dile que se vaya, por favor preciosa, ve y dile que tome sus porquerías y se vaya, yo so-solo...¡Agh!
Empezó a dar vueltas por toda mi habitación, de un lugar a otro, mientras frotaba sus manos en sus pantalones y respiraba agitadamente.
—Amber, tienes que respirar.
—No la quiero aquí, no debería de estar aquí, no la quiero serca de nosotras, cuando ella está siempre hay problemas, quiero que se vaya, yo solo...
—Amber, mírame, tranquilízate.
—No puede estar pasando otra vez, yo...
—¡Amber!— llamé su atención —. Escúchame, tranquilizate, por favor. Ella es nuestra mamá, tenemos que enfrentar esto.
—Irina, no es mi madre, nunca lo fue— respiré mientras sentía como mi corazón se oprimía —, tampoco es la tuya. Ella no merece el amor que le tienes, no lo merece Heather.
—Tienes que bajar, solo desayunamos, tu te vas al trabajo y yo a la escuela ¿Bien?
—Bien...
Ambas salimos de mi habitación, bajamos las escaleras rumbo hacia la desayunador en la cocina, al entrar mamá estaba con un delantal que decía...
—"La mejor mamá del mundo"— Amber leyó acompañada de una risa irónica —. Que graciosa eres, Irina.
—Buenos días a ti también, Amber— mamá respondió, lleva ropa de marca como es costumbre, tacones que resuenan y su cabello rojo en una cola alta, se parece mucho a Amber en ese aspecto —. Buenos días, para ti también, Heather. Es una lástima que no pude conocer bien a tu amigo ayer. ¿Son...novios?
—Es solo un amigo, mamá, un amigo— respondí.
—Awww, extrañaba escuchar esa palabra de ti, Heather— mamá dirigió su mirada hacia Amber —, al menos una si la usa. No como otras.
—Ese título no es de a gratis, se gana y esa palabra te queda muy grande, Irina— Amber sonrió de lado e hizo su caminata hacía los panqueques y las fresas —. Heather, come, tienes que ir a clase, se ta hará tarde.
—En seguida— respondí.
—Si, si, se te hará tarde, cariño— mamá se acercó a mí, me acarició el hombro y le sonreí, Amber rodó los ojos con repudio, las tres nos sentamos a desayunar, todo muy tenso —. Que casa tan linda tienen aquí, de hecho la ciudad es hermosa.