Conan Rodriguez.
En medio de la noche es cuándo mis pensamientos vuelan y los recuerdos salen de la cueva en donde se mantienen ocultos, esperando a poder salir algún día, en el día que yo esté listo para enfrentarlos.
Veo fijamente el techo de la habitación de Noah, creó que fue un error haber venido a su casa a mitad de la noche después de haber bebido, se que le molesta que beba tanto, pero no puedo evitarlo.
Dejando a un lado mis pensamientos miró a la persona a mi lado, a mi Noah, duerme tan tranquilamente, su pecho sube y baja de forma lenta, creo que sería buen momento de abrirme con él un poco sobre mi, esto me lo he estado planteando desde hace un par de días, creo que será buena idea, pero no sé si está despierto.
—Noah ¿Estás despierto?— en voz baja dije, pero el no se inmutó —Noah...
No volvió a inmutarse, ni dio ninguna señal de estar despierto, estaba profundamente dormidito.
<<Se ve tan lindo>>
Mordí mi mejilla ladeando mi lengua, me incorporé en la cama sentándome sobre esta, pegando la espalda en el respaldar, aunque hacía un poco de calor aquí adentro, no me quite la camisa, me sentía más cómodo así. Respiré profundo y mientras jugaba de forma distraída con mis dedos, empecé a hablar:
—Mi color favorito es el azul, aunque no lo pareciera porque no lo uso mucho ya que es un color que no me queda bien, el negro tampoco, pero de esa manera paso más desapercibido ante las personas, por eso es que uso colores oscuros. Mi nombre completo es Conan José Rodriguez Hernandez, pero en casa Chiara y mamá solo me llamaban Cece, lo se, es algo tonto porque cuando...Oh casi lo olvido, cuándo tenía seis me operaron aquí— señalé la parte en donde estaba la cicatriz, aunque él no podía verla porque dormía —, fue por la apéndice, se inflamo y no se que cosa más, también me gusta ver películas de terror con Chiara, ella las ama, yo después tengo pesadillas pero ella siempre se quedaba toda la noche cuidándome por si un monstruo o Jason de "Viernes 13" venía por mi en la noche— sonreí de lado y me rasque la nariz —, también me gusta escuchar mucha música y bailar en mi cuarto cuando estoy solo, de esa manera practico pero soy un desastre.
Giré un momento mi cabeza hacía la ventana, la cual estaba cubierta por una cortina verde, pero que aún así hacía que la luz de la luna entrará por esta, haciendo que la habitación se tornará en un pequeño, delicado y casi difícil de ver, color azul.
—Que hermoso ¿Verdad?— susurré regresé mi vista al frente y seguí hablando —. No soy un chico normal, no lo soy Noah, soy un poco diferente, cuándo era más pequeño en mis primeros años tenía una gran dificultad para hablar, me costó mucho, me llevaron a un especialista y desde ese entonces sabemos que tengo TEA, en conclusión soy Autista, si, lo se, no luzco como otros chicos con autismo, tengo autismo muy leve, es Autismo grado 1, me cuesta mucho a veces comprender muchas cosas, soy un poco lento a veces, retengo demasiada información, pero me cuesta comprender otras cosas, como cuando me miras de manera extraña, como si quisieras ¿Comerme?— froté la parte de atrás de mi cabeza, me estoy estresando un poco —. Suelo ser muy ordenado con mis horarios, lo que hago, los tiempos de comida y que hare hoy con hora y lugar exacto, no se porque lo hago, creo que es un impulso, de hecho cuando rompo la rutina y los horarios de a diario, me molesto de forma repentina, me da una ansiedad terrible y entre otras cosas, por eso al día siguiente después de nuetra primera vez, me fui rápido, había roto mi rutina, lo dije pero vos no lo sabias. Perdón por eso.
>>Me cuesta mucho comprender las emociones a veces, dicen que las personas con TEA no sentimos las emociones de la misma manera que los demás, como lo sentis vos o los otros chicos, pero creo que si lo hago, siento muchas cosas a veces, cuando estoy contigo siento una sensación extraña en el estómago, no sé qué es, pero a veces parecen como cosquillas, siento felicidad cuando te veo y aveces me siento como triste cuando tengo que ir a casa y ya no te veo, vos me haces sentir varias cosas, aveces no las comprendo, pero desde hace años estoy intentando hacerlo, uso mi tabla de las emociones, eso me ayuda bastante, la he estudiado y memorizado a la perfección.
Deje de ver tan fijamente a la pared y lo miré a él, tan tranquilo y apacible, llevé mi mano a su cabello rubio y rizado que tanto me encanta.
—Nunca he sido completamente yo mismo, soy poco natural, no lo puedo evitar, cuando era más pequeño me pasó algo malo...muy malo, algo de lo que no quisiera hablar por ahora, en ese entonces yo era más hablador que ahora, pero siempre se burlaban de mi, además de tener un asento más marcado que mi mamá y Chiara, yo hablaba un poco extraño...— suspiré pesadamente al recordar eso —, entonces después de lo que me hicieron dejé de hablar, cambié mucho, por las noches me encerraba en mi habitación y practicaba una y otra vez como hablaría, como reaccionaría, como me movería, siempre me fijaba en los demás niños, los estudiaba e imitaba, para poder sentirme normal, para poder sentirme como los demás niños, tengo tantas personalidades y versiones de mi mismo, que a veces ni yo se quién soy ahora— bajé mi mano desde sus rizos hasta su mandíbula, acariciandolo —, solo lo intento una y otra vez, trato de ser cada día mejor, pero avece siento que hay un nudo en mi garganta, algo que presiona mi pecho y no me deja respirar, siento que soy la peor cosa del mundo, siento que me odio tanto que es preocupante, no me gusta como me veo y odio el hecho de ser tan delgado, pero me da pánico cuándo subo de peso y pienso que seré gordo como mi abuelo, soy demasiado inseguro, casi en todo. Juro que de todas las emociones que pude aprender y sentir genuinamente hasta ahora, la que menos hubiera deseado, era ese sentimiento de inferioridad, tristeza y tan poca autoestima. Porque siento que eso me consume todo el tiempo, tanto que solo solo quiero huir, a veces no se que hacer en realidad.
>>Siento que aveces soy como esas bolas brillantes de las discotecas, se ven tan brillantes, pero solo es el reflejo de los demás, eso es lo que soy, no soy nadie en realidad, solo soy muchos pedazos brillantes de otras personas en la cuál me he convertido y eso me hace tan brillante, reluciente y poco auténtico y que me provoca un enorme vacío en el corazón, para algunos soy una cosa y para otros soy otra persona diferente y por eso me pregunto: ¿Quién eres y qué has hecho?. Me siento tan poca cosa para ti, Noah. Tu eres tan real, lleno de vida, alegre, carismático, con un futuro y talento, con un alma y corazón tan bueno, una belleza espléndida, porque eres muy guapo y cuando me veo al espejo, no puedo creer que te guste alguien como yo, no se si soy guapo en realidad o solo llami la atención, a veces me odio tanto pero me siento tan irresistible que ni yo comprendo que mierda fue eso.
>>Solo creó que no soy bueno para ti, no soy lo suficientemente bueno, sos como la luna de allá afuera, brillante con estrellas a su lado que mueren por estar con ella, vos podrías tener a cualquier chico a tus pies, eres perfecto, pero no entiendo porque estás conmigo en esto que sea lo que sea que tengamos, yo soy como esa nube oscura que tapa a la luna y no quiero apagar tu brillo, porque siento que yo lo consumo y que solo brillo para vos, me consume todo esto, me hace sentir inseguro, me hace sentir insuficiente, porque yo no lo soy, yo no soy suficiente y me da tanto miedo lastimarte, porque eres un buen chico, vos ves lo bueno de mi o más bien la versión que tienes de mi y que tengo que confesar, que esa versión es la más real de todas y creó que es real porque vos sacas a flote mi verdadero yo, aunque a veces no sepa expresar de la misma manera el amor que vos me tenes a mí y eso me entristece.
Dejé salir todo el aire que estaba reteniendo en mis pulmones, miré hacía el techo de nuevo y frunci un poco los labios, froté un poco mi pierna tratando de secar mi mano en ella, creó que estaba nervioso.
Me volví acostar en la cama con Noah, el aun seguía profundamente dormido, acaricié su cabello de nuevo y le di un beso en la mejilla, poniéndome de cucharita otra vez, tomé su mano entrelazandose con la mía, se movió un poco y aunque pensé que se despertaría no lo hizo, puse mi cabeza en la curva de su cuello y susurré:
—Aunque nunca lo diga, Te quiero demasiado Noah. Y eso me asusta.