24

1 0 0
                                    

CAPITULO 24:

°Millie y Olivia.


Millie O'Brien.

Hice una coleta en mi cabello y me puse una de mis batas celeste —Sexy por cierto— Oh, Richie me la trajo de uno de sus viajes y ese mismo día la estrenamos de maneras...peculiares, lo bueno es que ese día mi bebé se quedó a dormir en casa de su amiga Heather, porque si no lo hubiéramos traumado por quinta vez, dicen que la tercera es la vencida, pero aún esta cuerdo...¡Así qué no pasa nada!

No llevo nada debajo de la bata ¿Para qué? Es un lindo día, hace frío...¡Pero el color combina con el clima, algo positivo ¿No?

Me paseó por toda la casa y sentí un enormes silencio fúnebre y en la casa de los O'Brien jamás hay silencio.

—Alexa, reproduce "Dancing Queen" de ABBA— pedí alzando un poco la voz.

Rápidamente toda la casa estaba envuelta en la gloriosa música de mi queridisimo y podero grupo ABBA, empecé a bailar al ritmo de la música sintiéndome un adolescente de diecisiete años con toda una vida por delante y que simplemente solo se quiere divertirse, ser libre, ser ella misma...

<< Otra vez me estoy plasmando en canciones antiguas >>

—Entre más vieja, más deprimente— dije para mi y caí en cuenta de que estaba hablando sola —. Vaya mierda, ahora esquizofrenica, agh.

—¿Me equivoqué de casa?

Me gire de inmediato al oír una voz extraña, a mis espaldas esta una mujer de baja estatura, piel morena, cabello negro y de un cuerpo muy bien proporcionado, vestida de manera demasiado formal para mi gusto. Está guapa...quiero decir ¡Se ve agradable!

—¡Hola lindura!— sonreí y me acerqué a ella.

—¿Eres Millie O'Brien?— preguntó con un tono confuso.

—La única e inigualable— puse una mano en mi cintura —. ¿Y tú?

—Oh, yo soy Olivia Rodriguez su...

—¡¿Cómo la cantante?!— entusiasmada pregunté.

—¿Cómo la quien?

—Ya sabes, la chica triste que consiguió su licencia de conducir y no supera a su ex— parecía perdida con lo que le dije —. Mi Noah escuchaba tanto esa canción que me terminó gustando. Solo te diré algo sobre tu tocaya, esa niña, no se quien le hizo tanto daño, pero necesita ayuda.

—Claro, claro...

Nos quedamos en un silencio casi incómodo, solo viéndonos y sonriendo como un par de locas porque en realidad la pregunta importante aquí es:

—Olivia cariño, ¿Que haces en mi casita?

—Oh, perdón, toqué el timbre pero nadie salió y la puerta estaba abierta así que entré. Estoy aqui para la nueva decoración de su casa— ladie la cabeza confundida —. Soy la decoradora de interiores, su hermana me recomendó...

—¡Oh si, si, si! Harriet habló maravillas de ti, querida. Vi el trabajó que hiciste en ese pórtico y el piso de arriba y fue una maravilla, supe que era a ti a quien necesitaba. Además creó que mi hermana y yo tenemos el mismo buen gusto.

Cartas para Heather [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora