Algo recurrente

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ㅡ Invité a Julius a salir, él dijo que quiere ir a comprar peluches pero necesito que nos acompañes por favorㅡ Johnny se acercó a la banca de Caesar cuando Julius fue al baño, el chico rubio comía galletas de forma disimulada.

ㅡ Joestar, ve a tu bancaㅡ le llamó la atención la profesora, Johnny miró con desesperación a Caesar esperando una respuesta, el chico asintió varias veces levantando los pulgares en señal de aceptar. Johnny gesticuló "gracias" y regresó a su lugar.

ㅡ Perdone señorita, me pedí su lápizㅡ la mujer siguió hablando con Johnny, al parecer en la clase de literatura le iba bastante bien.

ㅡ No te agrada, ¿Verdad?ㅡ Joseph volteó a ver a Caesar, el rubio abrió los ojos con sorpresa.

ㅡ Sí me agrada, él que no soporto eres túㅡ la mano de Joseph tomó la muñeca del rubio y la pasó cerca de su boca; robando su galleta en el acto.

ㅡ No, definitivamente Johnny no te cae del todo bien, lo puedo sentir en tu forma de hablarㅡ Caesar no contestó, ocultó su rostro entre sus brazos y se agachó en su escritorio. Detestaba a Joseph Joestar por lo bien que lo conocía. Caesar suspiró pesadamente.

ㅡ ... Tengo miedo de que Julius no sepa que hacer, Johnny lo mira con esos ojosㅡ Caesar apretó su mano con rabia, recordando sus propias experiencias en el pasadoㅡ tu primo es demasiado codicioso, Julius no puede con tanto y seguramente Johnny no se podrá controlar.

ㅡ No lo hará, Johnny es el cabrón más determinado que conozco, dónde pone el ojo pone la bala y tú hermano es su objetivoㅡ Joseph tomó la mano de Caesar y la apretó. Ambos entrelazaron sus manos.

ㅡ Intento ser lo más discreto que puedo porque quiero ver a Julius feliz pero de verdad me preocupo, siempre lo he cuidado yo y... Es difícilㅡ Caesar se dejó llevar por la tranquilidad que Joseph le brindaba. Olvidando totalmente el hecho de que estaba enojado con él.

ㅡ Caesarino, no tienes que ser el salvador de todos siempre, ¿Lo sabes, no?ㅡ Joseph sonrió pensando en lo mucho que él rubio cargaba sobre sus hombros.

ㅡ Tu no lo puedes entender, eres hijo únicoㅡ Caesar giró su cabeza, quedando frente a frente con el castañoㅡ debo de ser el héroe de Julius y si no lo soy; ¿Qué clase de persona me hace eso?

ㅡ Te hace ser tu, Caesarㅡ Joseph pincho la punta de la nariz de Caesar, quién lloraba disimuladamente cómo acostumbraba porque él debía de mantener las aparienciasㅡ y siempre serás mi héroe.

ㅡ Te odio muchísimoㅡ Caesar sorbió su nariz, avergonzado de mostrar sus más profundas emociones gracias a aquel castaño. Pero así ha sido desde que lo conoció en aquel día de lluvia.

ㅡ Yo también te odioㅡ Y Joseph abrazó a Caesar de tal forma que nadie lo pudiera ver llorar.

La carga emocional de ser hermano de Julius era enorme, un peso que pocas personas comprenden. El hermano de un ser especial.

Desde que el rubio pudo recordar, estuvo en segundo plano. Sus padres lo amaban con locura pero también amaban a su hermano, quién necesitaba más atención. Caesar no podía ser egoísta porque Julius necesitaba cuidados especiales, él era un niño sin ninguna afección y por ende no causaba tantas preocupaciones.

Caesar no tenía un rencor por Julius, al contrario, lo amaba muchísimo pero también deseaba en ocasiones saber qué se sentía ser él, rodeado de tantas personas que lo cuidaban. El corazón del rubio era bondadoso, su personalidad se forjó de tal forma que procuraba a los demás incluso sin ser amigos. De aquella forma es que todos en la escuela (que lo conocían) le querían, porque Caesar era tan resplandeciente como un campo de girasoles. Pero incluso los girasoles siguen al sol, quién era su hermano.

Gyro, El Autista •GyJoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora