Al principio, creí que nuestra relación era como la playa. Hermoso, calmado y único, pero no me fijé que incluso lo más hermoso puede tener sus momentos de desastre.
En nuestra relación no faltó amor, nos faltó confianza. Nos faltó ver el desastre que provocabamos juntos. Según tu, era un desastre que valía la pena, que era lo que había en cada playa y que pronto pasaría. Pero, ¿realmente lo era?
Yo me daba cuenta de que las hojas de las calmeras de nuestra playa iban cayendo entre más duraba el desastre, pero quería mentenerme aferrada a aquella belleza.
Ahora que lo pienso, yo era como la arena, y tú eras el viento. Ambos creímos que formaríamos algo hermoso, pero era totalmente lo contrario, porque claro, a la arena se la lleva el viento, igual que tú te llevaste aquel sentimiento que llamabamos amor.
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Aprendiendo a curar mis heridas
PoetryPequeños escritos que vienen desde lo más profundo de un alma que se encuentra en busca de si misma.
