¿Recuerdas aquel lugar en el que te dije que no quería que lo nuestro fuera efímero?
Después de tu muerte estaba perdida, en un hueco en el que dudaba mucho poder encontrar la salida. al final si lo hice, y pude volver a aquel lugar que decíamos era un bosque encantado dónde nos juramos un amor eterno.
Cada catorce ciudo de nuestra arboleda, cuido del boulevard que creamos. Porque allí perduran nuestros sueños, y los planes que nunca pudimos cumplir. Ahora no lo veo como un mal recuerdo, lo veo como la fuente de mi felicidad.
Te admito que cada día me dueles un poquito más, sigo cerrando los ojos y recuerdo tu dulce sonrisa, a pesar de ello lo estoy aceptando.
Quiero algún día volver a nuestro bosque encantado y ser completamente feliz, poder mostrarte que nuestros planes se cumplieron. Espero encontrarte en otra vida, cariño.
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Aprendiendo a curar mis heridas
PoesíaPequeños escritos que vienen desde lo más profundo de un alma que se encuentra en busca de si misma.