Nunca llegue a arriesgar tanto por un amor. Pero muy bien sabes que contigo apostaría hasta la última moneda de mi bolsillo.
No creí que alguna vez lo diría, pero se que esto que estamos viviendo no es solo un juego, se que no solo es una casualidad. Y aunque lo fuera, serías la casualidad más bonita que se cruzó en mi camino.
¿Apostamos? Le dije a mi mente lastimada cuando mi corazón me indicó que tú no eras casualidad del destino, que no eras una estrella fugaz, ni un eclipse. Que eras ese hilo rojo del que todo el mundo hablaba y del que yo estaba segura que amaría hasta el fin de mis días.
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Aprendiendo a curar mis heridas
PoesíaPequeños escritos que vienen desde lo más profundo de un alma que se encuentra en busca de si misma.