LA SUPERACIÓN

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Nunca creí poder aceptar que te fuiste. Nunca creí lograr entrar en tu habitación y sonreír al saber que tú escencia seguía allí.

Superarte no fue fácil, pero ahora me gusta mirar desde el horizonte un atardecer con la mente en paz. Siento que finalmente mi alma está tranquila porque por fin puede sonreír.

Miro tu habitación llena de recuerdos, llena de sonrisas y de lágrimas que ahora están guardados en lo más profundo de mi corazón. De ese mismo corazón que ahora sonríe al saber que estás bien.

Nunca creí que pudiera dejar de llorar con tu recuerdo, pero aquí estoy, mirando desde el marco de la puerta como tú desastre me hizo feliz y como tu recuerdo de volvió mi catarsis.

Soy feliz y trato de estar bien. Porque superarme cada día después de tí valió la pena.

Aprendiendo a curar mis heridas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora