LA FORMA EN QUE MIENTES

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Han pasado solo meses que parecían años, fue tiempo en el que dedicaba mi vida a amarte, a dar todo aquello que nadie logró dar por ti.

¿Recuerdas cuando decías que me amabas? Hoy no son más que sobras, polvo y mentiras.

No sé cómo podías fingir que yo era el amor de tu vida cuando yo no era la única, cuando tú corazón pertenecía a alguien más...

Ahora estoy vuelta un ovillo en la cama pensando en ti y en todas aquellas cosas que nunca llegué a decir.

Me es chistoso pensar que perdimos un sueño que nunca tuvimos.

Pues tú mente se enfocaba en mentirme y Dios, como amaba tus mentiras, aunque bueno, amaba creer que tus sentimientos eran reales y no tan inestables como una nube.

Lloro al pensar que pudimos tenerlo todo, que solo eran cuestión de días para que me volvieras a engañar diciendo que ella era tu amiga.

¿Eran realmente necesarias las mentiras?

Eras toda mi vida, y no sé si en algún momento pueda llegar a pensar que nunca fui para ti. Solo quiero saber si sentías un poco de amor por mi. Pues yo podía perfectamente morir por ti.

¿Donde estás? Pregunta un corazón herido pensando en que en algún momento todas aquellas mentiras serían realidad y dejarías de ser solo fantasías.

Pero te conozco tanto como tú me conoces a mi y se que me buscarás en otros ojos que no te verán con el mismo brillo con el que lo hacen los míos. Porque si, amo la forma en la que me mientes.

¿Alguna vez viste como mi corazón ardía por ti? Como se esforzaba en sostener una maldita mentira que para ti solo será una más de la rutina.

Se que ahora soy menos que cero para ti, pero no tenías que hacerme creer que podrías conmigo formar un amor en una nube imaginaria.

Yo si te amé y lo sigo haciendo, solo que no puedo amarte desde la oscuridad. No puedo si quiera volver a verte a la cara porque se que aquellas mariposas seguirán ahí, y que todo el amor qué algún día tuviste volverá a nacer, pero no sé si en algún momento se pueda apagar.

Te amo, pero no tenías razón alguna para hacerme creer que en tu mundo era solo yo.

Aprendiendo a curar mis heridas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora