La amo a ella, Lisa - Jenlisa

Efecto en mí

POV LISA

De apoco fuimos subiendo a la cama, seguía teniendo a Jennie encima de mí, y era jodidamente sexy verla desde mi perspectiva, nunca me cansaré de decir que ella es la mujer más hermosa y sexy que he conocido, tenerla así era un sueño que no cualquiera podría alcanzar, excepto su novia, quién tenía ese privilegio y más.

Si me ponía a pensar en ello, tal vez arruine este momento y realmente era lo que menos quería, además sentía como Jennie estaba desesperada, no entendía su apuro, ni tampoco el afán de hacerlo ya, pues intentaba desnudarme rápidamente, al parecer ni tiempo de reclamar o retroceder había.

Me ayudó a sacar la blusa y tirarla con las demás prendas que ya no existían en nuestros cuerpos, aún estábamos en desigualdad, pues ella estaba en top y bragas, en cambio yo solo había sacado la parte superior.

Con desespero agarré sus pechos y los apreté suavemente, inmediatamente logrando sacar gemidos y causar jadeos en el cuerpo de Jennie que, para darme acceso libre a su cuello llevó la cabeza hacía atrás.

- Lisa... - Gimoteo cuando sintió mi húmeda lengua sobre uno de sus pezones, pues sin quitarle el top lo había levantado para poder probarlos.

- Ahh... - Repetí su sonido cuando empezó a balancearse sobre mí, realmente tenerla así moviéndose tan precioso y lento era demasiado excitante y enloquecedor.

Jennie sabía cada punto débil de mi cuerpo, sin necesidad de estar totalmente desnudas, ella lograba excitarme y calentarme a más no poder, ni hablar la humedad que iba causando en mí con cada movimiento. Eso solo logró que, al igual que ella pudiera estar tan desesperada por empezar, al principio me costaba llevarle el ritmo, pero sentía que iba a enloquecer si no la tenía ya para mí.

El sonido que emitió Jennie al gemir fue el punto enloquecedor para mi sistema mental y corporal; mi temperatura ya estaba elevada y mi respiración ya no era normal, los gemidos fueron aumentando a medida que nos besábamos y acariciábamos.

- Lisa... - Jennie susurró tan bajito que, por la distancia que no existía entre nosotras la pude escuchar perfectamente.

- Eres tan hermosa... - Logré articular, cuando nos liberamos sólo unos segundos de nuestro beso, pero lo retomamos al instante.

- Tus besos son... tan adictivos... - Estaba urgida por decirle esas palabras y sea el momento o no, iba a hacerlo.

- Tu cuerpo es tan perfecto... Nini, tú eres tan perfecta. - Todo lo decía a la par que nos íbamos besando, saqué totalmente su top para nuevamente dar atención a sus pechos que, así como ella, también eran perfectos. – Son tan perfectas... - Dije refiriéndome a las mismas para luego meterlo completamente a la boca y chuparlos.

- Ahh... Lisa... - Jennie me sujetó del cuello para acercarme más a ella. – Ohhh siii... así... - Decía entre pequeños gemidos retorciéndose literalmente sobre mí.

La ropa automáticamente dejó de existir entre nosotras, solo éramos piel con piel, el sudor ya estaba presente y por más de que teníamos el aire prendido, no era suficiente en esos momentos.

Ver el cuerpo de Jennie totalmente desnudo era la gloria, apuesto que mis ojos estaban tan dilatados por el deseo de tenerla, de hacerla mía y poseerla, no entendía porque estaba tan desesperada por demostrarle que me pertenecía.

- Ahhhh... Lisa no pares... por favor. – Jennie logró sacarme de mi tren de pensamientos, no había tiempo de distraerse, mientras ella agarraba las sabanas, tratando de contener su evidente placer, agregué otro dedo en su agujero, sentía tanta excitación tenerla así y escucharla pedir más y más.