El amor no fue hecho para mí

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Jade.

Me levanto apenas suena mi reloj despertador, me ducho y me visto con ropa cómoda, unos jeans strech, una camisa holgada y unos zapatos deportivos, me encanta vestir cómoda, Susana me dice que no es nada femenino y yo le respondo que no me importa yo soy feliz como soy.

Preparo el desayuno y la merienda, voy a levantar a mi niño, una vez listos, salimos al apartamento de Susana, que está en el mismo edificio, pero en el piso tres, tocó la puerta y esperó.

Abren la puerta y veo a una despeinada Susana, dando brinquitos en un pie, mientras se calza el tacón en el otro.

- Pasa es tarde, me quedé dormida.

- ¿Tú te quedaste dormida? No lo puedo creer - le digo entre risas.

- Hay gafa, ya. No me volverá a pasar - me dice mientras se para frente al espejo y se empieza a peinar.

- Si digamos que te creo.

Ella se termina de arreglar, toma su bolso y llaves y me dice que le acompañe al estacionamiento.

- Jade, ayer me llamó Juan el profesor de Ángel - me dice mientras pasa las llaves de una mano a otra, algo nerviosa.

- ¿Y qué te dijo? Cuenta, cuenta - le pregunto muy contenta, yo sé que mi amiga está muy enamorada de él, pero él no había mostrado algún interés en ella.

- Me invitó a salir el viernes - la miro y veo sus mejillas sonrojadas y su mirada brilla de felicidad.

- Susa qué bueno, por fin dio el primer paso - ya estamos en el estacionamiento y Susana abre la puerta trasera para que suba Ángel.

- Jade disculpa por no poder llevarte hoy, pero es que se me hizo tarde.

- Tranquila Susa, ya demasiado hacés al llevar y traer a Ángel de la escuela.

- Sabes que para mí no es problema, Ángel es como mi hijo y además trabajo en su misma escuela.

- Lo sé Susa, pero igual déjame agradecerte.

- Nos vemos Jade, cuídate - me despido de Ángel y Susana emprende el camino a la escuela.

Voy caminando al café donde trabajo ya que es cerca de donde vivo y cuando me falta solo una cuadra para llegar me consigo con Armando, un compañero de trabajo.

- Buen día Jade ¿cómo estás?.

- Buen día Armando, bien y tú.

- De maravilla y con tu compañía mucho mejor.

Armando es un buen amigo, cuando empecé a trabajar en el café ya él trabaja ahí, conozco a su esposa e hija, él es un buen hombre.

Mientras caminamos me cuenta las travesuras que a echo su hija, como por ejemplo, ayer en la tarde le pinto las uñas de rosa y no dejo que se lo quitará, hasta hoy en la mañana, de hecho, me mostró sus manos y todavía se le ve algunos puntos rosas en las uñas, no pude evitar reírme.

Pero cuando casi llegamos a la puerta principal del café, alguien me toma fuertemente del brazo y me jala, al ver quién es me quedo de piedra.

- Ricardo, Suéltame me lastimas - le digo mientras jalo mi brazo.
- ¿Qué te pasa?

- ¿Qué hacés con el? ¿Dé dónde vienen? - me grita y me aprieta más el brazo.

- SUELTALA - interviene Armando mientras se coloca frente a mí y pone su mano sobre la de Ricardo.

- ¿Por qué te importa lo que le pase?, acaso vienen de pasar la noche juntos - al escuchar lo que dice le lanzó una cachetada con todas mis fuerzas, y es tanta que en su mejilla se ve la silueta de mi mano en rosado.

Las personas que pasaban por ahí se detienen a ver el espectáculo que estamos dando.
Ricardo me suelta y da un paso para atrás.

- Ricardo, te di una última oportunidad y la mandaste a la basura.
¡Ya no más! - le digo con voz fuerte mientras lo señaló con el dedo índice - Esto se acabó, entre tú y yo, no hay nada y para que te enteres, el - señaló a Armando - es solo un compañero de trabajo que me conseguí mientras caminaba para acá - tanta era mi rabia, que sin querer una lágrima corrió por mí mejilla.
- Espero y no me vuelvas a buscar, ni me llames.

- No, espera, yo creí que... - lo interrumpo.

- Creíste que yo era una cualquiera - culminó la oración por él.

- No Jade, perdóname, no volverá a pasar- me dice mientras derrama lágrimas.

- Tienes razón, esto no volverá a pasar, porqué entre tú y yo no hay nada - me doy la vuelta y camino a la entrada.

- Jade - me toma por el brazo, pero está vez sin hacer presión en él.

- Ricardo ya esto lo habíamos hablado, si no hay confianza no hay nada y tú no confías en mí - cuando estoy pasando por la puerta escucho.

- Si no eres mía, no serás de nadie - sigo caminando y cierro la puerta.

Una vez dentro Armando dice.
- ¿ Qué le pasa, está loco?

- Si, loco o mejor dicho enfermo es un celopata - le digo a Armando y siento un dolor en mi pecho, pero no es por salud si no por sentimos, en él había depositado mis esperanzas de ser feliz con un hombre.

- Jade mucho cuidado esos hombres así son peligrosos.

Entramos al área de los casilleros tomo mi delantal y me lo coloco, dejo mi bolso en el casillero y me voy a buscar mi libreta para comenzar mi día de trabajo.

Mientras limpio las mesas y tomó los pedidos me pierdo en mis pensamientos y llegó a la conclusión
"El amor no fue hecho para mí"

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Feliz año 2023 mi queridos lectores.
Aquí les dejo el primer capítulo de este nuevo año, espero les guste.

No olviden dejar una ⭐ si les gusto.

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