No quiero.

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Jade.

Esa noche me costó conciliar el sueño, solo recordaba los labios de Eros sobre los míos.
Despierto con el sonido del reloj despertador, me baño y arreglo, bajo a la cocina y le doy los buenos días a Juana y a Máx.

Máximo me informa que Eros ya se fue al hotel, desayuno algo rápido y voy a ver a Ángel antes de irme, al entrar a la habitación de Ángel lo veo dormir plácidamente en su cama, salgo de la habitación luego de darle un beso en su frente.

— Buen día Jade — me dice Susana quién salía de su habitación.

— Buen día Susa. ¿Dime qué piensas hacer hoy?

— Hoy comenzaré a buscar trabajo, llevaré mi currículum a varias escuelas.

— Te deseo suerte amiga.

— Gracias, hoy también empezaré a buscar un apartamento para…

— Para que — la interrumpo — Tu te quedas a vivir aquí con nosotros.

— No quiero incomodar a nadie Jade.

— No hay discusión Susa, te quedas a vivir aquí con Ángel y conmigo — veo que Susana medita mis palabras y luego de un suspiro habla.

— Gracias Jade.

— Susa no tienes que agradecer, tú eres mi hermana, cuentas conmigo para lo que sea — ella se acerca y me abraza.

Me voy al hotel, como todos los días, voy a mi oficina, veo la agenda de Eros y voy por su café, tocó la puerta y no escucho nada, abro con cuidado la puerta y lo que veo me deja anonadada.

Eros se está besando con Gloria la jefa de recepción, la tiene casi sentada en su escritorio y su mano sube por su pierna debajo de su falda.

<< Ves que tenía razón, él es un mujeriego, no tiene compón >> digo mentalmente.

— Creo que este no es lugar para esos espectáculos — habló mientras ingresó a la oficina, siento una opresión en el pecho y una rabia nacer. Pero lo oculto lo mejor que puedo, Gloria se asusta por mí intromisión pero Eros sonríe con malicia.
— Aquí está tu café Eros. Necesito hablar contigo — dejo la taza en el escritorio y cruzó los brazos sobre mi pecho.

— De que quieres hablar Jade, estoy ocupado en este momento — me dice viendo a Gloria cómo se acomoda la ropa.

— Gloria ve a hacer tu trabajo — ella me ve y luego a Eros sin moverse del lugar donde está parada.
— ¿Gloria no me escuchas?

— Sí señora, yo la escuché pero estoy esperando que Eros me diga si me voy o no.

Y este es el colmo de los colmos, que se cree ella.

— Si no quieres ir directo a recursos humanos a buscar tu liquidación es mejor que salgas en este momento — al escuchar mis palabras ella voltea y ve a Eros cuando va a hablar, Eros la interrumpe.

— Ve Gloria — ella sale de la oficina no sin antes mirarme con rabia.

— Y bien, de qué quieres hablar — él se sienta en su cómodo sillón y toma un sorbo del café.

Yo me siento en uno de los sillones frente a su escritorio, cruzó mis piernas y me recuesto un poco del respaldo.

— No hace mucho me dijiste que no debo dar espectáculos en mi sitio de trabajo y yo solo estaba hablando con Víctor, ¿no crees que debes poner el ejemplo como gerente y socio mayoritario del hotel? — él me ve y sonríe.

— ¿Estás celosa?

— No, jamás estaría celosa de un hombre como tú — Él se endereza en su asiento y noto que no le gusto lo que dije.

Un amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora