Un amor inesperado

Un beso imaginario.

Jade.

Ya todo está listo para el viaje a París, estos últimos días han sido muy sofocantes, Eros no me deja ir sola ni al baño.

<< Si, si exagero un poco >>

En realidad siempre está a mi lado, solo me deja sola cuando estoy en mi oficina, en la casa o para ir al baño, si él sale a una reunión, me lleva con él, es algo sobreprotector, lo malo es que no cambia su carácter de ogro sin desayunar, siempre está serio y solo me habla por trabajo.

Estos días he tenido mucho trabajo, el me dio la potestad de poner los montos por pagos de redoble, horas extras y habitaciones extras, claro cabe destacar que todo lo hice con la ayuda de Sofía la gerente de recursos humanos, también contraté nuevo personal empezando por el departamento que lleva Sofía, a ella le contraté una secretaria y una asistente, en recepción contratamos cinco personas más, en seguridad contratamos un nuevo gerente, y los demás departamentos contratamos solo personal eventual, esto es mientras se solventa la situación del hotel, ya después dejaremos más personal fijo.

Esta semana Ángel sale de vacaciones, Susana me prometió que para la semana que entra estarán aquí, ella está finiquitando su trabajo para poder venirse,  a mi me parece bien ya que mañana salgo de viaje y Eros me informo que el viaje será por cuatro días, lo que quiere decir que cuando Susana llegue, yo estaré aquí para recibirlos.

Estoy en mi oficina revisando las encuestas de estadía en el hotel y me alegra ver que ha subido las buenas reseñas de los clientes, empiezo a realizar un informe con las estadísticas para Eros, cuando escucho que tocan a la puerta.

— Pase — contestó sin despegar la vista del monitor.

— Y como está la gerente estrella — escucho la voz de Víctor, levantó la vista y veo como entra y cierra la puerta a su espalda.

— Víctor, sabes que no me gusta que me llames así.

— Así te llaman todo, el personal está muy contentos con tus cambios, dicen que eres la luz que llegó a iluminar este hotel — me sonrojo con su comentario.

— No es para tanto, la verdad, solo los trato como me gustaría que un jefe me tratará a mi y les atribuyó lo que ustedes se merecen — le contesto mientras subo mis hombros quitándole importancia.
— Ahora dime, ¿A qué se debe tu visita?

— Solo quería saber si quieres almorzar conmigo — veo la hora y ya es la 1:09 PM. Víctor suele comer a las 12:30 del medio día.

— ¿Y eso que vas a comer a esta hora?

— Yo. Bueno… a esta hora no hay casi personal en el comedor y quería charlar un rato contigo — me dice mientras se pasa la mano por el cabello en señal de nerviosismo.

— Está bien, guardo esto  y vamos — le digo mientras guardo el informe que estaba elaborando, me levanto y procedo a caminar hacia él.

Salimos de la oficina y cuando cierro la puerta de mi oficina, la de Eros se abre y sale él.

— ¿Vas a algún lado? — me pregunta y luego mira a Víctor con cara de pocos amigos.

— Si voy a almorzar.

— Bien, vamos juntos — ¡qué!

— Lo siento Eros pero hoy voy a almorzar con Víctor — le digo mirándole directamente a sus ojos.

— Víctor, retiraré, nosotros tenemos un almuerzo de negocios y vamos tarde — Víctor lo ve con cara de querer matarlo.

— Tranquila, el almuerzo queda pendiente — me dice mientras levanta su mano para pasar sus nudillos por mí mejilla en una leve caricia.
Sé que lo hizo solo por molestar a Eros y creo que lo consiguió.