Regálame está noche.

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Jade.

La última subasta fue un collar de rubíes el cual lo compró una señora por un monto muy alto.
Eros compró un deportivo blanco. Otro más para su colección, al terminar la última venta nos vamos a un salón donde hay música instrumental y los meseros llevan copas con bebidas, las personas que compraron algún objeto realizan los pagos, Eros toma dos copas y me da una.

- Eros yo me voy a descansar - le digo mientras niego con la cabeza cuando me intenta dar la copa.

- Dame unos minutos por favor - me dice amablemente mientras coloca la copa en mis manos.

El se aleja, habla con uno de los encargados de la subasta, escribe algo en un papel y luego regresa a mi lado.

- Bien, vamos - extiende su brazo para que yo lo tome, suspiró y hago lo que él quiere para salir del salón rumbo a nuestras habitaciones.

Llegamos a nuestro piso sin emitir una sola palabra, voy hasta mi puerta y pasó la tarjeta, la puerta se habré, voy a entrar pero una mano tomando mi brazo lo impide.

- Espera un momento - me dice Eros, mientras me hace girar.

- Dim... - no me deja hablar, me ha besado nuevamente.

- Jade no sabes cuánto te deseo - habla cuando nos separamos por falta de oxígeno, aún me tiene entre sus brazos y su frente está unida a la mía.
- Regálame esta noche, solo una noche es lo que te pido.

Yo lo beso nuevamente dejándome llevar por el deseo y al separarnos, lo empujó hacia atrás un poco, el sonríe viéndome a los ojos, doy un paso atrás y.

- Buenas noches Eros - doy otro paso atrás y cierro la puerta en su cara viendo su cara de confusión.

El toca la puerta y dice.

- Jade, no me puedes dejar así. Jade.

- Yo no soy tan fácil Eros, yo no me acuesto con un hombre solo por una noche, yo no soy una de las cualquiera con las que tú sales - le digo mientras me asomo por el ojo mágico y veo como está rojo de la rabia, da media vuelta y se va a su habitación cerrando de un portazo su puerta.

No voy a mentir, me costó mucho alejarme de él y cerrar la puerta, si soy sincera; también lo deseo, pero yo no soy mujer de acostarse con un hombre solo por un antojo, la educación que recibí de mi madre fue darme mi lugar, una mujer sería no se anda acostando con cualquier y menos con un mujeriego como lo es Eros.

A la mañana siguiente voy al restaurante a desayunar y al ingresar al restaurante del hotel veo a Eros muy sonriente con la rubia oxigenada.

Ya veo que consiguió un reemplazo, no cabe duda que anoche tomé la mejor decisión.
Camino y me siento en una mesa algo alejada, pido mi desayuno.

Estoy comiendo y siento que alguien me mira, al voltear veo a Eros mirarme intensamente, lo ignoro y sigo con mi desayuno.
Luego de desayunar me voy a mi habitación para seguir leyendo mi libro, a eso de las diez de la mañana recibo un mensaje de Eros.

Mensaje
Eros Smith 10:06 AM
- Tenemos almuerzo de negocios a la 1:00 PM, nos vemos en el lobby a las 12:15 del medio día.

Jade 10:07 AM
- Estaré puntual.

Sigo leyendo por un rato hasta que se hace la hora de arreglarme, decido ponerme un vestido color beige, corte recto que llega hasta mis rodillas y unos zapatos de tacón no muy altos negros, al mirarme en el espejo veo a una mujer tan distinta a como era hace un mes atrás.
Pensar que no me gustaban los vestidos y ahora me fascinan como se ven.
Claro, para trabajar en un café o hacer compras hay que ir vestida cómodamente, pero para un almuerzo de negocios hay que ir muy bien arreglada.

Un amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora