No sé que pensar de él

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Eros Smith.

Luego del beso más tierno que me han dado en toda mi vida, jade me abraza y se queda dormida, la abrazo muy fuerte, no se porque pero no me quiero separar de ella.

Llegamos al hotel y me bajo luego la tomó en brazos e ingreso al lobby, no hay muchas personas por las altas horas de la noche, pero los seguridad, botones, las recepcionistas y unos cuantos huéspedes me miran muy extraño.

— Señor, le pasó algo a la señorita — me pregunta un seguridad, muy serio, estudia mis gestos.

— Salí a un club con mi novia y ella se pasó de tragos — él me ve, se acerca y la evalúa.

Jade se remueve y se aprieta más a mi pecho.

— Bien, lo acompañó a su habitación — dice el seguridad, me imagino que es para cerciorarse que Jade está bien.

Subimos a la habitación de Jade, saco la tarjeta con mucho cuidado de no dejar a Jade caer y el seguridad me hace el favor de abrir la puerta para luego retirarse.

Entro y la coloco en su cama, ella está profundamente dormida, le retiró un mechón de cabello de su rostro, y me quedo embelesado admirando su belleza.

Ella se remueve y escucho que me llama.

— Eros, Eros…
Ayúdame, no. Eros.

— Sssu, tranquila, ya estoy aquí, no te dejaré sola — le digo muy cerca y en cuanto ella me escucha se tranquiliza.

Le quitó los zapatos y la arropó, me quedo un rato velando sus sueños, al ver la hora me doy cuenta que ya son las 2:50 de la madrugada, hoy volvemos a casa, por lo tanto me retiro no sin antes dejarle una botella de agua mineral y dos aspirinas en la mesita de noche.

Ya en mi habitación me acuesto y empiezo a pensar en todo lo que ha sucedido en este viaje.
Volví a besar a Jade y debo decir que me encantó.
Ella me desea, lo se por como me mira, por lo celosa que se puso y por sus besos.
El sentimiento que creció en mi pecho cuando me beso en la mejilla no lo puedo explicar.

Todo es tan confuso, a veces quisiera protegerla, cuidarla, ella parece una persona tan correcta, tan amable, tan…

Despierta Eros, recuerda lo que viviste con Rosa Emilia, ella era el amor de mi vida, novios por años, mi futura esposa y un día la consigui teniendo relaciones sexuales con mi mejor amigo.
Si ella me vio la cara de estúpido. Qué puedo esperar de una mujer que no tiene nada, una mujer que ayudó a mí madre sin saber que ella era multimillonaria.

— Dios ayúdame a aclarar esta situación, Jade de verdad es una buena persona o solo ayudó a mí madre por dinero, necesito respuesta y pronto.

Jade.

Me despierto con un fuerte dolor de cabeza, los recuerdos llegan uno tras otro. Alex los bellos lugares a dónde me llevo, el club, bailes, bebidas, Alex tratando de besarme, el celular, "la llamada" Eros.
Veo todo como si viera una película, Eros me defendió, golpes, y un beso.

Siento mi cara arder de vergüenza, pobre Eros, me siento en la cama y veo en la mesita de noche una botella de agua y a un lado dos aspirinas.
Sonrió como una tonta, sé que es obra de Eros.

Me tomo las pastillas y voy al baño, luego de hacer mis necesidades tomo una larga ducha de agua tibia, una vez en mi habitación veo la hora y me alarmó, ya es la una, el vuelo sale a las tres, me visto y empiezo a arreglar la maleta, cuando ya casi termino tocan a la puerta.

Abro y me encuentro a un chico con el uniforme del hotel detrás de un carrito.

— Disculpe señorita, le traigo el almuerzo — me aparto y él ingresa  a la habitación, camina a la mesa de dos puestos y empieza a colocar los platos con la comida, cubiertos, una jarra de jugo, un vaso y una taza de café.
— Que tenga buen provecho — se retira.

Un amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora