Cuídalo por mí

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Visitó diariamente a Raquel, cada día de visita se ve peor que el anterior, el cáncer llegó a sus pulmones, necesita de oxígeno constantemente, ha bajado mucho de peso, ya no se puede levantar sola de la cama pues está muy débil.
Los dolores son más fuertes, los medicamentos no se los calma, hoy hablé con la doctora y me dijo que no cree que pase más de 48 horas.

Estos últimos días me ha costado visitarla por miedo a reflejar un poco de lástima en mi mirada, me cuesta no llorar al verla cuando se queja del dolor o cuando necesita oxígeno.

La verdad es que está señora es una luchadora, yo no creo poder aguantar tanto como ella, de verdad que es una gran mujer.

Luego de la visita de ese día me voy a mi casa. Angel me pregunta que cuándo verá a nana y yo le explicó que ella está delicada de salud, Susana también me ha preguntado por ella, y me dijo que la acompañe el tiempo que quiera que ella se encargará de Angel.

El día siguiente voy caminando a mi trabajo y cuando me falta poco para llegar siento que alguien me mira, volteo buscando quién me puede estar vigilando y no veo a nadie, ya tengo días sintiendo esa sensación de ser observada, camino más rápido y entró en el café.

El día de trabajo ha estado flojo, hoy no ha venido mucha gente al café, son las dos de la tarde cuando mi teléfono celular vibra en mi bolsillo, yo camino hacia la cocina para contestar, saco el celular y rezó para que no sea Ricardo.
Es que Ricardo ha estado enviando mensajes a diario.

Llamada
— si

— Buenas tardes, habla la señora Jade Díaz — habla una mujer al otro lado de la línea.

— Si soy yo.

— Disculpe señora pero se le llama del hospital central para informarle que la paciente Raquel Smith está muy mal y…, señora no creemos que llegue a la noche.

— Yo. Yo voy para allá — contestó tragando el nudo que se formó en mi garganta y cuelgo.

<< No voy a llorar, no debo llorar, no voy a llorar, no debo llorar >> me repito mentalmente como un mantra.

Hablé con la dueña del café y le explicó la situación, ella me dejó ir, llegó al hospital en tiempo record y caminó lo más rápido posible, pasando por los pasillos de piso y paredes blancas, siento el olor a desinfectante, veo a doctores y enfermeras caminar de un lado a otro.
Por fin llegó a la habitación donde está Raquel, entro y veo a un hombre a su lado, le pasa la mano por el cabello, al detallar bien me doy cuenta que es el mismo hombre que vi salir de aquí hace unos días.

— ¿Cómo está Raquel? — preguntó acercándome al hombre, el se voltea y me mira, en su mirada veo mucha preocupación sus ojos se ven rojos y una lágrima resbala por su mejilla.

— Hija — escuchó la débil voz de Raquel, me acerco a ella y tomo su mano.

— Estoy aquí Raquel yo … — la veo tan débil, tan delgada, tan demacrada, tiene la mascarilla de oxígeno puesta y los ojos cerrados, un nudo se forma en mi garganta el cual no me permite hablar.

— Jade tengo q… qué hablar tengo — me dice mientras aprieta mi mano.

— No te fuerces Raquel, Tranquila — le digo con la mayor calma posible.

— Él es Leonel Filit, es mi abogado, mi amigo y mi compadre — Tose en ese momento y su respiración se acelera.

— Raquel — un hilo de voz sale por mí garganta y un par de lágrimas salen sin permiso.

— Escucha lo que tengo que decir, es importante, luego descansaré — suspira
— Yo tengo un hijo que se llama Eros Smith, yo — Tose nuevamente — yo no quería que él sufriera viendo como me consume esta terrible enfermedad.
Yo quiero que él me recuerde alegre, bonita, no así — con la mano libre se señala — por eso me vine a esta ciudad, aquí conocí a mi difunto esposo pensé que sería un buen lugar para pasar mis últimos días — lágrimas corren por su rostro las cuales limpio con mis manos temblorosa.
— Yo le dije a Eros que me tomaría unas vacaciones de por lo menos un mes, la única persona que sabía la verdad es Leonel.

— ¿Por qué me cuenta esto? — le pregunto muy confundida.

— Hace cinco años me diagnosticaron cáncer de mama, recibí tratamiento y pensé que lo había superado pero me equivoque hace unos meses fuí a mi consulta y la noticia que recibí fue que el cáncer se reprodujo y en esta ocasión ya no podía hacer más — Tose y Tose yo no sé qué hacer a los pocos segundos se recompone y sigue hablando.
— Mi hijo casi se muere cuando se enteró la primera vez, él no comía, no dormía, él no tiene a nadie — más lágrimas bajan por sus mejillas — yo no quiero que él sufra viéndome morir.
Jade tu eres madre y sé que me entiendes — yo asiento con la cabeza afirmando, pues la entiendo — Hija cuida a Ángel, él me dio el privilegio de ser su abuela, no te imaginas lo feliz que me hizo — una sonrisa se forma en sus labios luego me ve directamente a los ojos y aprieta mi mano — Cómo madre y amiga te pido que cuides a mi hijo también, tenle paciencia el es un buen hombre, un hombre que le rompieron el alma y el corazón y cuando yo no esté, también perderá su fuerza. Cuídalo Jade, cuídalo por mí por fav… — sus ojos se cierran lentamente y la mano que me sostenía pierde fuerza la máquina a su lado deja de sonar los piticos y suena un bip largo, miró la máquina y veo una línea en el monitor.

— no, no ¡NO RAQUEL NO! no te vayas — grito y lloro, la abrazó y lloró en su pecho, sé que soy egoísta, al fin va a descansar de esos dólares, de ese malestar, pero no quiero que se valla, no quiero.

Lloro y lloro Leonel se me toma por los hombres alejándome de Raquel y envolviendome en sus brazos, los dos lloramos y nos consolamos mutuamente.

Luego de unos minutos me alejé de Leonel y me acerco nuevamente a Raquel, la abrazó y le dejo un beso en su frente luego le digo a su oído.
— Haré todo lo posible para ayudar a tu hijo Raquel.

Los camilleros se llevaron el cuerpo sin vida de Raquel y Leonel me pidió que me fuera a mi casa a descansar, que ya no puedo hacer nada pues solo queda el papeleo y él se encargará.
Aún no creo que ella se haya ido, llamó a Susana y le cuento todo lo sucedido, ella me pide que me calme y me dice que me espera en su apartamento.

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Cómo están mis queridas lectoras.
Les dejo el capítulo prometido para el fin de semana.

Un capítulo triste😭

Recuerden dejar su ⭐ y me gustaría saber qué piensan de este nuevo libro.

Se les quiere ❤️

Un amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora